CAPITULO 36. Enfrentar.

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Al dia siguiente por la mañana lo primero que hice fue buscar a Oscar por todos lados pero se había ido a comprar unas cosas que necesitaban en casa.

Estaba en la cocina preparando el desayuno junto con Ximena que me platicaba como había estado su dia anterior con su amado, habían salido a pasear y a visitar a sus nietos y familiares, como siempre, estaba feliz.

-¿Tu que hiciste el dia de ayer, cariño?.

Que no hice. Pensé.

Quise sonreir pero me aguante.

-Nada interesante, fui a casa de Estela por el cumpleaños de su madre.

-¿Te acompaño Oscar?.- Me miro de reojo.

Negue con la cabeza.

-Estaba muy ocupado esa noche.

Pensaba en decirle a Ximena que había visto a Oscar salir de las habitaciones del segundo piso pero lo dudaba, no sabia si también me trataría como una demente y exagerada, prefería preguntarle a el directamente.

¿Pero me diría la verdad?.

No lo sabia y tenia miedo a la respuesta pero queria confiar en el con todas mis fuerzas y quitarme de una vez tantas dudas de encima, quizás nunca me había dicho nada por alguna razón pero quizás si le preguntaba directamente y lo enfrentaba me lo diría.

Al fin de cuentas todos dicen que no hay nada dentro. No tendría por que ocultármelo.

-Hablando de el, ¿Sabes a que hora regresara?.- Pregunte.

-Al desayuno, el nunca se lo pierde.- Contesto terminando de picar las frutas.

Despues de unos minutos el comedor estaba listo, había diferentes tipos de fruta picadas con yogurth encima, una jarra de jugo de naranja, otra jarra con agua fresca de limón, pan recién horneado, mermeladas, pan tostado y una que otra cosa mas, siempre servíamos bastante comida para todos.

Todas las mañanas Ximena cortaba algunas flores del jardín para adornar la mesa del comedor, las de el dia de hoy olian realmente delicioso.

-Todo huele exquisito.- Victoria bajaba las escaleras con Naty en sus brazos.

-Que bueno que es de su agrado señora.- Contesto Ximena rápidamente.

-Las dos hacen un maravilloso trabajo, no se que haría sin ustedes.- Metio un pedazo de fresa a su boca.

-Gracias.- Contestamos las dos al unísono.

Por la puerta entraron Oscar y Alberto, sonrientes como siempre.

-Hola bonita.- Me abrazo de lado y dio un beso en mi mejilla.

Quería sacar todas mis dudas ahí mismo pero tenia que aguantar.

-Hola.- Le devolví el abrazo.

Por las escaleras venia bajando Adan.

No pude evitar sonreir cuando lo vi, tuve que voltear a otro lado para disimular.

Parecia una tonta.

-Buenos días a todos.- Saludo de buen humor, muy raro en el.

Todos le respondieron de la misma manera.

Tome asiento en mi lugar de siempre, con Naty a un lado mio, Oscar tomo la silla de mi otro lado como todos los dias para desayunar juntos pero Adan lo interrumpio.

-¿Te importa si me siento aquí hoy?.

Oscar lo observo por un largo rato y después a mi, se le había borrado la sonrisa y yo me queria morir de la pena. Todos se habían quedado callados viendo esta escena.

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