CAPÍTILO 3
Al cabo de una hora, consigo terminar todos los deberes y bajo a buscar a Enna. Pregunto a uno de los empleados, sin fijarme en quien es, y me dice que está en los jardines, esperándome. Salgo por la puerta principal, a los majestuosos y coloridos jardines.
Los jardines, tienen miles de distintas clases de flores y de plantas. Hacen una combinación fabulosa, al estilo francés. Todo bien ordenado y con alguna fuente, de tal forma, que visto desde arriba, parece una gran alfombra. Cuando estoy algo deprimida, siempre bajo aquí, y me dirijo a la parte de atrás de Neverhood, en unos jardines en los que detrás del muro, se encuentra el paisaje de la espesura de un gran bosque, cerca. Siempre escalo el muro y me siento en su superficie, a observar el siniestro bosque. Nadie sabe cómo se llama en realidad, aunque aquí, siempre se ha llamado Magnam Silvam “El Gran Bosque” en latín. Cuentan, que tampoco nadie se ha atrevido a dirigirse a las profundidades de dicho bosque, porque habitan siniestras criaturas y traviesas hadas. Claro que todo eso, yo no me lo creo, pero de todos modos, si entrase, estoy convencida de que no sabría salir.
Las excursiones al aire libre y los campamentos, se realizan a los límites del bosque, pero algo lejos del internado. Y los paseos que realizamos Enna y yo, más cerca, pero también a los límites.
Diviso a Enna en la puerta de hierro. Con su bonito pelo rizado, castaño cayendo por su espalda. Con un bonito vestido largo de flores y una cesta de mimbre en el brazo. Ningún menor, puede salir sin la supervisión de al menos uno de los profesores o uno de los cuidadores. Por lo tanto, el hecho de que yo salga con Enna a buscar fresas, no causará ningún problema. Nos saludamos con una sonrisa, y tiramos juntas de la pesada puerta de hierro para salir. Una vez fuera, nos dirigimos a la izquierda, donde comienzan los límites de Magnam Silvam. Ya estamos acostumbradas a pasear por aquí, asique nos conocemos todo el camino hasta las pequeñas plantitas que dan unas fresas magníficas para los pasteles de Enna. Para nosotras los límites del bosque, son como un gran invernadero, donde habitan vegetales de todo tipo.
Llegamos a las plantitas, sin hablar, y comenzamos a coger fresas y echarlas a la cesta. Después de un rato, nos miramos y entonces, me estalla un dolor en la cabeza, insoportable, mientras se me viene a la mente unas imágenes de todo el grupo que se fue de campamento, y los profesores, volviendo al internado, todos en fila. Algo pasa. Una de las chicas está gritando de dolor. Todos acuden a su ayuda. Algo la ha mordido. Todos los rostros están pálidos. La imagen desaparece de mi cabeza y junto a ella, el dolor. Abro los ojos con fuerza y descubro que estoy sujetándome con fuerza la cabeza con las manos. Me paso las manos por el rostro y me doy cuenta de que está mojado, de lágrimas. Finalmente, observo que estoy sentada en el suelo y que Enna está arrodilladla frente a mí, agarrándome de los hombros, llorando y gritándome algo. Tengo que avisarla. Algo está pasando.
- ¡Alysa! ¡Alysa, dios mío, respóndeme! –Enna grita, alarmante.
- ¡Enna, algo pasa! – consigo decir. Me cuesta demasiado hablar.
- ¿Qué es lo que pasa?
- No lo sé, No lo sé.
El insoportable dolor vuelve a mi cabeza. Vuelven imágenes. Pero esta vez son diferentes y no las puedo distinguir bien. La frustración me llega y de repente consigo divisar en mi cabeza que empiezan a surgir llamas de la nada. Están cerca de ellos. Tienen que huir. Veo sus caras asustadas. Sus cuerpos corriendo. También veo cadáveres. Y a la chica de antes en brazos de un muchacho. Está muerta. Abro los ojos, y esta vez consigo formular más palabras.
- Enna, están muriendo. Hay fuego ¡Hay fuego! –Me está pudiendo la desesperación.
- ¡¿Cómo que hay fuego?! ¿Dónde? – Enna también está muy nerviosa.
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IGNIS; El Fénix de Fuego.
FantasyHace miles de años, cuando los humanos convivían con los seres mágicos, un humano y una Fénix crearon una nueva raza, fruto del amor. Los Luxhom (humanos de luz). Magnam Silvam es un bosque lleno de secretos en el que pocas personas que han entrado...