CAPÍTULO 15

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CAPÍTULO 15

Habría sido una noche mucho más difícil de lo que fue si no hubiese sido porque Sarah se quedó conmigo. Haciendo que pensase en otras cosas, Sarah comenzó a contarme cosas sobre su infancia, su familia, su vida. Ya tarde, accedí a contarle mis problemas: la confusión de ganar todo de golpe, la tristeza de que el amor de mi vida sea imposible, la sensación de confianza y protección que me hacía sentir su hermano…

Finalmente, Sarah me aconsejó que pensase en las cosas positivas: Mi madre, que había encendido una vela en todos mis cumpleaños, quería protegerme y enseñarme personalmente como no había conseguido hacerlo en quince años. Tenía un padre y una madre con los que empezar de cero. Una vez que todo hubiese terminado, este mundo no me separaría de Enna porque ella también pertenece a él. Thomas y yo podríamos vernos una vez más, antes de que nuestra relación se enfriase. Connor, me protegería siempre según Sarah. Me contó, que la sonrisa más radiante que Sarah había visto en Connor, era cada vez que hablaba sobre mí. También me contó, que ella llegó a pensar una vez que estaba enamorado de mí, con sólo protegerme sin haber hablado conmigo nunca,  y nada había hecho aún que desechase la idea. Me aconsejó conocerle más, y también, me sorprendió diciéndome que esa protección y ese sentimiento de protección y seguridad era porque Connor me atraía.

Yo me sonrojé violentamente, pero después había pensado que quizá tendría razón.

“Thomas es el amor de mi vida. Pero Connor me hace sentir una sensación de atracción que no puedo explicar”  - Pensé en ese momento, justo antes de dormirme, intentando pensar en las cosas positivas.

Me alivié cuando me desperté, al ver que Sarah estaba dormida en un sillón junto a mi cama y que no me había abandonado en toda la noche.

En este momento, Sarah se ha ido a por mi desayuno, y yo estoy sentada en la cama con las sábanas tapándome las piernas. Me siento culpable. Pensar en la atracción que me produce Connor, y sonrojarme involuntariamente hace que sienta cólera hacia mí. “Thomas es el amor de mi vida, y aunque sea imposible, sigue siéndolo.”  Me repito una y otra vez. Pero los verdes ojos del Elfo se mezclan con los rojos de Thomas en mis sueños.

Intento no pensar en ello, ya que hay cosas más importantes en las que pensar. Como por ejemplo mi madre. Puede que fuesen demasiado dura con ella ayer y me siento algo culpable. Por la noche decidí darla una oportunidad como madre… aunque me cueste. Cuando Sarah viene con el desayuno, me ayuda a elegir qué ponerme y puesto que no hay más ropa que vestidos en el armario, nos decidimos por un vestido azul cielo, por debajo de las rodillas, de volantes dorados y cuello de barco. Sarah me recoge el pelo ondulado en un peinado sencillo, y me vuelvo a poner las sandalias de anoche.

-         ¿Aquí cada día hay que ir tan arreglado?

-         Es un castillos con reyes, princesas y doncellas. Claro que hay que ir arreglado.

-         ¿Como en un cuento de hadas? – pregunto burlona justo antes de salir por la puerta.

-         Exactamente como en un cuento de hadas. – me dice con una sonrisa de total satisfacción.

Sarah me conduce hacia la sala de la reina y tras desearme suerte con voz casi inaudible, abre la puerta. Yo entro pensando en la simpática Elfa, que en una noche, se ha convertido en mi amiga y consejera. Cuando entro en la sala, no hay nadie. Pienso que quizá Sarah se ha equivocado de habitación pero al escuchar una melodía totalmente familiar salir de una pequeña puerta en la esquina de la sala, voy hacia ella sin ser consciente de mis pasos. Al entrar, veo una sala con innumerables instrumentos y a la reina, mi madre, sentada frente a un piano de cola, hundiendo delicadamente los dedos en las teclas, haciendo que suene mágicamente una melodía que hace que me acerque más y más. La reina, con su vestido largo de color crema, nota mi presencia pero no desplaza la mirada del piano. Yo, inconscientemente, me siento a su lado y comienzo a tocar la misma melodía en la parte aguda del teclado, sin recordar siquiera haber tocado en mi vida un piano.

IGNIS; El Fénix de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora