Casi muertos

84.8K 4.2K 652
                                    

Es jueves y me quedo en el departamento ya que James me ha dado el día por no tener nada de trabajo. Eso es bueno y malo al mismo tiempo según él pero como sea. Alexander sigue molesto. Y aunque eso no evita que hablemos es evidente la tensión entre nosotros y su incomodidad. Pero desde que le dije que era mi día de descanso pareció ser otro. Se ha despertado desde muy temprano, y aunque lo sentí levntarse yo no puse un pie fuera de la cama hasta después de mediodía. Cuando me dirijo a la sala él está en la cocina comiendo algo que no distingo.

-Buenos días

-Hey, ya despertaste –dice feliz

-En realidad desde hace rato pero si...

-Frida vino hoy, dejo algo de desayuno

-Frida merece que le pagues mas

-Le pago muy bien –dice satisfecho

-¿Vas a salir hoy?

-No tengo planes más que pasar mi día entero contigo

-No es necesario salir para eso

-Podríamos ir a comer algo más tarde

-O podría preparar algo de comer

-Tu sabes cocinar y yo se comer... ¿Te das cuenta de la pareja perfecta que hacemos?

No puedo evitar reír y él lo hace también. Sin duda luce más tranquilo.

-¿Podrías acompañarme a mi casa?, necesito revisar algunas cosas, regar las plantas etcétera

-Pero claro que sí, hoy me tendrás pegado a ti como un chicle

-¿Al menos podré bañarme sola?

-No... eso tampoco puedo permitírtelo –dice mientras sonríe seductoramente hacia mi

-Tendrás que alcanzarme

Digo y de inmediato comienzo a correr al baño. Él corre detrás de mí y logra entrar antes de que pueda cerrar la puerta. Me abraza por la espalda y besa mi cuello provocando que me ría por las cosquillas que me da. 

-Soy más rápido –dice contra mi cuello

-Suéltame ya

-Ese no fue el trato

No puedo evitar reír cuando sus manos acarician mi abdomen por debajo de mi blusa y las abejas asesinas que habitan mi ser no tardan en responder.

-Ya déjame Alexander –digo intentando zafarme sin ningún resultado mientras él sigue dándole besos a mi cuello

-No quiero –dice en un gruñido

Luego me gira de una manera un poco brusca pegando mi pecho al suyo, mira mi rostro detenidamente con esa sonrisa tan suya en su rostro. Yo también sonrío. Una de sus manos viaja a mi rostro y acaricia mi mejilla para luego pasar uno de sus dedos por mi labio inferior. No puedo evitar morderlo un poco y él sonríe más. Pega nuestros labios sin piedad alguna robándome por completo el aliento que él mismo se encarga de regresarme. Comienza a llevarme hacia atrás y solo se detiene cuando mi cuerpo esta aprisionado entre él y la puerta de la regadera. Se despega de mí y sonríe.

-Ten un buen baño

Se va caminando de espaldas hasta que esta fuera del baño y cierra la puerta entre nosotros. Lleva jugando este juego conmigo desde hace unos días y a pesar de ser bastante entretenido y excitante comienza a frustrarme. ¿Espera convertirme en una loca acaso? ¿Estará esperando a que le ruegue?, porque siendo honesta sería muy capaz. Con ayuda del agua helada aclaro mis pensamientos. Cuando por fin estoy lista él también lo está. Supongo que se bañó en el cuarto de huéspedes.

La apuesta © ➼ Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora