La apuesta © ➼ Editando.

Me voy

−De ninguna manera voy a permitirlo

−Soy mayor de edad, puedo hacerlo papá

−¡No! ¿Qué harás con la escuela?

−Donde estaré no voy a necesitarla

−¡Valentina no estás pensando con cordura por favor!

−Tengo que hacerlo… aquí, no conozco a nadie y… me siento abrumada con todo, no quiero estar aquí, no quiero

Salgo de la casa. Mark me espera en su auto así que subo de inmediato y le pido que arranque. Mis lágrimas se deslizan por mi rostro. Quiero gritar, golpear algo, lo que sea para poder sacar la frustración que de pronto se ha generado en mí. Mark deja su mano sobre la mía y la tomo con fuerza intentando calmarme. Estaciona el auto poco después para que podamos hablar.

−Supongo que no han aceptado –dice

−Soy mayo de edad, no puede detenerme

−Bonita –me dice mientras toma mis manos entre las suyas− Creo que estoy de acuerdo con tus padres

No puedo evitar mirarlo con decepción.

−No quieres que vuelva contigo al pueblo –afirmo con tristeza

−Eso me encantaría –admite con un poco de pena

−¿Entonces?

−Bonita, tienes una vida aquí, la cual parece maravillosa ¿Por qué quieres dejarla?

−No es que quiera dejarla, simplemente siento que no encajo en este lugar Mark

−Eso es solo porque no recuerdas

−Quizá pueda irme mientras lo hago

−Eso no sería justo

−¿Justo para quién?

Mark me mira como si la respuesta a mi pregunta fuese la más obvia de todas. Pero por algún motivo para mí no lo es.

−Para todos –dice al fin− pero en especial para Alexander

−Si en verdad me ama sabrá esperar

−Si de verdad lo amas entenderás que eso no es para nada justo Bonita

−Ni siquiera sé lo que siento por él

−¿Por qué no intentas averiguarlo?

−En mi mente pensé que cuando te diría que quería irme contigo tomaríamos a Daniel y nos iríamos de inmediato, pero en cambio tu estas intentando que me quede y por mi novio

Él suelta una risa ligera.

−Nada me haría más feliz que volvieras con nosotros, sé que Daniel te adora y yo bueno… −se calla y yo no le pido que diga lo que estaba por decir por miedo a escucharlo -¿Pero qué pasará cuando recuerdes?, cuando te des cuenta que amas como loca a Alexander, que amas tu vida aquí

−Entonces volveré

−Entonces eso no sería justo para mí –confiesa

−Dime que hacer –le pido suplicante

−Has lo correcto

−No sé qué es lo correcto

−Lo sabrás

Martes treinta y uno de diciembre. Todo ha estado pasando tan rápido que es necesario que me siente un momento y medite la situación. Pero en lugar de eso me preparo para la fiesta “sorpresa” que los chicos me han organizado. Me pongo algo lindo y cuando por fin estoy lista bajo a la sala.