La apuesta © ➼ Editando.

Pagando

El dolor de cabeza no me deja vivir. Estoy recostada en la mesa del comedor de la plaza esperando a Jackson. Cuando él llega me grita fuertemente en el odio.

— ¡Valentina Valentina!

Solo levanto mi mano para mostrarle mi dedo medio.

— ¿Así recibes al chico que resguardo tu celular toda la noche?

Me levanto solo para lograr tomarlo y ponerlo en mis manos.

— ¿Que paso contigo Val?

—Es una historia muy tonta... después de que me abandonaste bebí mucho y...

—Ahorrarlo ¿Cómo llegaste a casa?

—Llame a mi papá, él único hombre en el mundo que no me dirá que no nunca.

— ¿Y qué tal esa vez del tatuaje?

—Calla aun no lo convenzo, pero caerá ¿Qué tal Monic?

— ¿Que con ella?

— ¿La llevaste a la Jackson cueva anoche?

—No claro que no —responde y lo siento ofendido.

—Eso quiere decir que vas en serio con ella.

—Claro que no.

—Aham... ¿Que paso con Tina? La busque para decirle algo al final pero no estaba.

—Quizá porque estaba cenándose a un tipo en su habitación, mi tía casi la mata, ella también bebió mucho.

—Vamos ella hace esas cosas ebria o sobria.

—Hey, es de mi prima de quien hablas.

Me mira serio pero luego suelta una carcajada que me contagia por completo.

— ¿Iremos al Cine?

—Umm si... pero antes debo ir a la tienda de música.

—Siempre vamos ahí.... cada domingo Val.

—Sí, pero mi lista de CDs aun es pequeña y ya tiene el nuevo CD de One republic. 

—Vamos... pero solo si me dejas comprártelo.

— ¿Cómo decir que no a eso?

Pasa su brazo por mis hombros y así caminamos hasta Miuxicup, la tienda de CDs más grande de la ciudad. Me separo de Jackson cuando él se encuentra con un amigo y va a saludarlo. Le digo que me adelantare y solo asiente hacia mí. La tienda es tan grande. Dos pisos. No hay CD que no encuentres ahí. El problema es que no hay un orden. A veces es divertido cuando no vienes por algo es específico. Pero en momentos como hoy que One republic me espera con ansias no está bien. Supongo que me veo completamente pérdida cuando uno de los chicos del lugar se acerca a ayudar.

— ¿Buscas algo en especial?

—Si umm, el nuevo de One republic.

—Oh si...aun no lo hemos desempacado —él mira su reloj y sonríe casi feliz—. Es mi hora de salida pero si esperas un poco mandare a alguien para que te lo entregue.