"Buenos días YoonGi hyung
Sabe...se ve entero mino hoy, aunque no es extraño eso 👀. Es más rico que un «bon o bon»
Atte: C.C"
.
.
.
.
.
Pareja principal: YoonMin
Leve mención NamJin y VKook.
Capítulos cortos. Historia larga.
Inicio: 26/02/202...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—ChimChim..., vamos... sal de ahí. Hablemos. —TaeHyung tocó la puerta una vez más, pero esta no se abrió. Soltó un suspiro, desesperado por al menos una señal de su mejor amigo. Sabía que seguía vivo porque de vez en cuando se escuchaban los sollozos desde el interior de la habitación, pero eso no era ni el más mínimo consuelo, al contrario, solo hacía que se hundiera más y más en el pozo al cual cayó la noche de la fiesta.
—¿Aún nada? —La madre de JiMin apareció por el pasillo, llevaba una bandeja de comida en sus manos. El menor negó derramando un par de lágrimas—. Lleva más de una semana así.
—Todo esto es mi culpa.
—Oh, cariño, claro que no. —Se apresuró en bajar la bandeja y acariciar las mejillas de TaeHyung.
Cuando llegaron de aquella fiesta y su único hijo lloraba sin parar, el peliazul se vio obligado a contarles la verdad después de que JiMin corrió a encerrarse al cuarto, de donde no había salido ni para comer.
—Tú jamás quisiste esto, ¿o sí? —El menor negó—. Fue sólo un suceso inesperado, no podías prever la reacción de ese chico. Ahora, lo único que puedes hacer es apoyar a mi pequeño, y ayudarlo a enfrentar los siguientes días.
—Pero él no quiere verme...
—Dale tiempo, aún está muy herido.
TaeHyung asintió, en silencio. La mujer le brindó una cálida sonrisa, dándole un suave apretón en los hombros se despidió de él, devuelta a la cocina.
El menor observó la bandeja a sus pies. No se iba a rendir, al menos no todavía.
—JiMin-ssi... —Se apegó a la puerta, hablando un poco más alto para que el mayor pudiese oírlo—, no sé si estás durmiendo o no, pero si no... quiero decirte que lo siento mucho, fue una mala idea y estoy... muy arrepentido. También sé que no es la primera vez que te digo esto, ya debes estar cansado, pero no sé qué más hacer —reprimió un sollozo, mordiendo su labio inferior unos segundos—. No espero que me perdones y comprenderé si no me quieres volver a hablar, pero debes saber que si me necesitas estaré ahí, para ti... Qué puedes contar conmigo... Te quiero, JiMin-ah.
Secó sus lágrimas, y caminó hasta la puerta de la casa, salió despidiéndose de los padres del mayor. Iría por el resto de sus amigos y daría una solución a todo ese problema.
