34

611 69 8
                                    

—¡Gawi-bawi-bo!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Gawi-bawi-bo!... ¡Demonios, de nuevo! ¡Gawi-bawi-bo!... ¡Y la conchetu...!

—¡Kim TaeHyung!

—Ya, ya, me calmo. De nuevo.

El trío estaba tras la puerta de NamJoon, decidiendo de la forma más madura y civilizada posible quién tocaba la puerta.

Un duelo de piedra, papel o tijeras.

Sí, señores y señoras, la idea más original del mundo.

Pero no tenían otra opción, HoSeok los había llamado unas horas antes para avisarles que tendrían que llegar solos por un pequeño percance que se le presentó, así que les mandó la dirección y les deseó suerte. Ni nada más ni nada menos.

No les significó nada sumamente conflictivo, acostumbraban a juntarse en la casa del mayor siempre que salían juntos. TaeHyung y JiMin vivían a solo minutos del otro y JungKook —que estaba algo más lejos— le pedía a su mamá que lo llevase.

Sí, todo un bebé.

No es que no pudiera moverse solo. Oh no, claro que no, por algo se escabullía a las fiestas y eventos nocturnos en cada oportunidad, pero caminar hasta la casa de su amigo, justo después de salir del colegio y almorzar... ¡Ush! No, alta pereza.

Le pesaba su barriguita.

De modo que ahí se encontraban, en un duelo de vida o muerte por ver quién demonios hacia un simple "toc, toc".

Weón, ya me aburrí.

—¡Kookie!

—¡¿Qué?!

—No digas disparates, es malo. —lo regañó TaeHyung. JiMin lo miró como si le hubiera crecido otra cabeza.

—El burro hablando de orejas.

Yah, si sé que no soy el más apto, pero... ¡Ay, no sé! ¿Sabi' qué más? Di las weas que querai.

—¡TaeHyung!

—¡JiMin!

—¡JungKook! —Ambos lo miraron raro— ¡Uy, ya! No me meto, amargados.

—Firgiré que no escuché eso...

El menor rodó los ojos.

—Ya poh, pongámonos serios.

—¿Gawi-bawi-bo, otra vez?

—No —miró la puerta y a sus mayores —. ¿Y si le doy yo no más?

—Opino que sería una grandiosa idea —dijo alguien tras ellos. El trío saltó, pegando un grito agudo ante el susto. Miraron hacia atrás notando como el chico estaba cruzado de brazos, su ceño fruncido y una clara mueca de molestia en su cara—. Llevo una puta eternidad esperando a que se decidan. Me duelen las patas, me pesan los brazos y tengo ganas de asesinar a mil y un weones, así que muevan el bote y háganme un lado —Obedecieron enseguida, el mayor se coló entre ellos y tocó la puerta —. ¿Esta wea les costaba hacer? Ni me respondan —los cortó cuando abrieron sus bocas para contestar—. La próxima vez, o se deciden por quién toca o patearé sus traseros y los usaré de ariete para romper la puerta.

La susodicha se abrió dando paso al dueño del hogar. YoonGi no dudó en hacer un asentimiento de cabeza y pasar por el lado, como si fuese su casa.

—Ignórenlo, él siempre es así —les dijo Namjoon viendo la estupefacción en sus rostros—Pasen, no se queden ahí parados. Bienvenidos a mi humilde hogar.

—Eh... Sí, gracias, hyung.

Los tres se inclinaron levemente y se adentraron en el lugar, seguidos del moreno.

—Pss, JungKookie. —susurró el segundo maknae.

—¿Uhm?

—¿Qué es un ariete?

—No lo sé, hyung, y tampoco quiero descubrirlo.

Cartas a Hyung - myg & pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora