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Si había algo que HoSeok no soportaba, era ver a sus amigos sufrir por el otro

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Si había algo que HoSeok no soportaba, era ver a sus amigos sufrir por el otro. YoonGi se negaba a hablar con él y si antes lo evitaba, ahora era mil veces peor. Cada vez que se cruzaban, el mayor le lanzaba miradas de odio en un silencio absoluto que demostraban lo enojado que estaba con él y el castaño se quedaba mudo de la impresión.

Sin embargo, aquello no podía permitir que el perfecto plan del grupo se echara a perder, así que reunió toda la valentía que no tenía durante la última hora de la mañana y fue hacia los cursos mayores, dispuesto a hablar con el más bajo y sacarlo, aunque fuera a patadas, del aula.

Por otra parte, TaeHyung se había ocupado de mantener a su amigo concentrado en la clase y en sus tonterías, evitando que pensase mucho en el mayor, lo cual JiMin agradecía un montón.

Ya había sonado el timbre cuando los alumnos salieron casi corriendo de las salas, el pelirosa y su amigo fueron la excepción, guardando lentamente sus cosas, cada uno ensimismado en sus pensamientos.

—JiMin-ah, antes del almuerzo quiero que me acompañes al salón auditorio.

—De acuerdo.

No puso ninguna objeción, y es que la verdad con suerte había escuchado a TaeHyung, con el hecho de llegar tarde a comer, era más que suficiente para llevarlo a cualquier parte. No quería ir, sabía perfectamente quién iba a estar ahí y para una misión tan difícil como ignorar su existencia, su mera presencia le significaba un gran obstáculo.

Caminó con el peliazul por los pasillos, escuchando vagamente lo que le comentaba entre risas, y cuando finalmente llegaron a su destino, entraron al salón.

—Demonios, creo que olvidé algo —informó TaeHyung—. Espérame aquí, Minnie, ya vuelvo.

El otro asintió, dándose la vuelta para explorar el lugar. Era un sitio amplio, equipado con unas esponjas en cada pared que impedían que el sonido se escapara, tenía al menos seis filas de varios asientos cada una, y un escenario con una pantalla gigante detrás.
JiMin pocas veces había estado allí, generalmente iban para hacer alguna disertación o una obra, por supuesto, también se podía tocar música en vivo y en directo, pero para eso había otra sala equipada de la misma manera donde, en un costado, se guardaban los instrumentos. Le parecía casi una especie de salón secreto, ya que casi siempre estaba vacío y era muy oscuro, a pesar de las grandes ventanas que tenía.

Escuchó unas voces que lo sacaron brevemente de sus pensamientos, sin embargo, supuso que serían unos alumnos pasando por allí y siguió en lo suyo, encerrado en su burbuja.
Por eso no se dio cuenta cuando ingresaron otros dos chicos al salón y pronto uno de ellos se fue con una pequeña escusa, cerrando la puerta en el proceso.

—¿Qué demonios? —susurró una voz, tratando de girar el picaporte—. Debe ser una broma. ¡Abre la puerta, HoSeok!

El pelirosa dio un salto en su sitio, soltando un pequeño chillido que alertó al otro joven.

—¿Hyung?

—¿JiMinnie?

Cartas a Hyung - myg & pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora