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—¡Park JiMin, ven aquí!

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—¡Park JiMin, ven aquí!

—¡Corre, perra, corre!

—¡Aprieta ese culote y no pares!

—¡Ya cállense que me río y no veo nada!

El pelirosa siguió corriendo para poder escapar de su hyung castaño, ese que en los últimos dos días no lo había dejado en paz ni a él ni a sus amigos para descubrir su secreto no tan secreto.

TaeHyung y JungKook se salvaron por los pelos de la persecución ya que, minutos antes de que el mayor llegará, ambos habían ido a comprar una colación al kiosko, dejando al más bajito cuidando unos espacios en las galerías.

Y en esos momentos fue cuando lo vio HoSeok, solito y distraído, aprovechó para sorprenderlo, caminando silenciosamente hasta él, quien, si no fuese porque el castaño tropezó con una lata de bebida ni jodiendo escapaba a tiempo.

JiMin corría como alma que lleva al diablo entre risas y mirando de vez en cuando a su persecusor para sensionarse de estar a una distancia más o menos prudente. Daba lo mejor de sí con sus cortas piernecitas y, por estar más pendiente de quién lo seguía y no de quién estaba frente a él, no vio a la persona que se cruzó en su camino.

—¡ChimChim, CUIDADO!

Demasiado tarde.

Su cuerpo impactó con el otro y cayó de bruces contra en suelo, llevándose al desconocido con él.

Cerró los ojos por miedo al impacto, sin embargo sintió más carne y huesos debajo suyo que cemento, se negó a subir la vista hasta que escuchó un quejido por debajo de su anatomía.

—¡Maldición! gruñó una voz y el pelirosa sintió como todo su cuerpo se tensó al reconocerla. Ay no— Duele como la mierda. Oye ¡ya quítate!

Se levantó temblando, quedando de rodillas al lado del chico que sobaba la parte trasera de su cabeza mientras soltaba maldiciones.

—¿Qué no ves por dónde chucha vas? ¿Para qué tienes ojos? Dios, mi cabeza...

Sentía sus ojos llenarse de lágrimas, tanto por la vergüenza como por la culpa de haber chocado. Se negaba a levantar la cabeza y mordía su labio para evitar cualquier sollozo que quisiese escapar de su boca.

¿Por qué de todas las personas en ese maldito colegio tuvo que ser él?

¿Por qué de casi 1500 alumnos tuvo la mala suerte de chocar justamente con el que le gustaba?

Con su crush.

Su primer amor.

Su chico soñado.

Su mijito rico.

El gatito gruñón...

Min YoonGi.

Cartas a Hyung - myg & pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora