Cartas a Hyung - myg & pjm

30

—¡YoonGi hyuuuuung!

YoonGi se dió la vuelta justo a tiempo cuando su mejor amigo casi saltó sobre él, tambaleándose levemente en un intento de no perder el equilibrio.

—¡Hobi! —Soltó sorprendido, con un toque de regaño en su voz. Sus manos aferradas a la cadera del contrario — Maldita sea, intentas asesinarme, ¿verdad?

—Claro que no, hyungie. Vine a verte, ¿qué haces?

—Respiro.

—¡Hyungie!

El mayor rodó los ojos, soltándolo para darle la espalda y dirigirse a su puesto. Ignorando al castaño que rápidamente colocaba un par de cosas en su loquer, no sin antes fijarse sino había moros en la costa.

—En un rato más tocan el timbre, ¿qué haces tan temprano acá? ¿Qué quieres?

—¿Ya no puedo venir a ver a mi mejor amigo?

—No.

—¡Hyung!

YoonGi sonrió ante eso.

—Es broma —le dijo acariciando sus cabellos—, pero insisto, ¿qué haces acá?

—Solo vine y ya—Su vista se dirigió a la ventana desde que los observaba JiMin, más bien, a su crush. Miró la hora en el reloj de la sala y sólo faltaban minutos para el inicio de clases así que se dió la vuelta y fingió revisar el casillero del más bajo—. ¡Oh, hyung, mira!

YoonGi arrugó su ceño y se levantó de su asiento, yendo hasta su amigo que sostenía un sobre en sus manos.

Su regalo diario.

Pero... ¿Por qué no lo había visto antes? Él estaba seguro que cuando revisó el casillero apenas llegó al aula, estaba vacío.

¿Cuándo su admirador entró y dejó la carta en su lugar?

Porque... a pesar de parecer estar distraído, mantenía un ojo alerta en caso de alguien extraño en el aula. Pero nada, no había entrado nadie ajeno por la puerta.

¿Cómo demonios...?

—¿Sucede algo? ¿No vas a leerla?

—¿Viste a algún conocido tuyo entrar?

—¿Eh?

—Qué si viste un...

—No..., nadie. No comprendo, ¿por qué...?

—Intento descubrir quién es, pero no lo logro, estuve atento todo este rato y no vi nada raro...

—Oh... —'Grandísima mierda. Hice bien en venir yo y dejar a JiMin afuera'— Ya sabrás quien es, mientras tanto leéla y come esto.

—¿Qué es?

—Pie de limón, estaba al lado del sobre.

HoSeok sonrió y YoonGi también, pero esa sonrisa no era precisamente para corresponderle al menor.

Oh no, claro que no.

Parte de su corazón se vió enternecido por el gesto de su admirador y aunque no lo admitiese en voz alta...

Le interesaba ese pequeño.