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Acercó las piernas a su pecho y ocultó el rostro entre el hueco formado

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Acercó las piernas a su pecho y ocultó el rostro entre el hueco formado. Las lágrimas se habían detenido hace ya unas horas, pero la angustia seguía en él.
Al llegar a su salón, TaeHyung lo había llenado de preguntas, sobre todo al notar sus ojos llorosos y mejillas empapadas. Pero JiMin no deseaba responder, así que abrazó a su amigo, ocultándose en su pecho. El menor sólo atinó a besar su cabello y darle suave caricias en la espalda. No hablaron durante toda la clase y, al sonar el timbre, el pelirosa le pidió espacio que le fue concedido con un poco de dudas.
Así que ahí estaba, oculto en la sala de música, sintiéndose miserable.

Se apretó contra la esquina del aula cuando escuchó a alguien entrar. No quería que nadie lo viera así.

—Hasta que te encuentro —Tembló al oír la voz que tan malditamente lo llevaba a la locura—. Dios, tu amigo es increíblemente difícil de convencer —JiMin sintió como se sentaba junto a él—. No fue hasta que lo amenacé con una figura rara que tenía que me dijo donde estabas —El pequeño bulto no se movía, si no fuese por su respiración juraría que estaba dormido—. ¿Mocoso, me estas escuchando?

—... ¿Qué hace aquí, hyung? —murmuró casi inaudible.

—¿Cómo que 'qué hago aquí'? Vine por ti. Saliste corriendo y SeokJin estuvo toda la maldita clase jodiéndome con que si no venía y arreglaba todo se encargaría de hacer mi vida un infierno. Y lo veo capaz —JiMin soltó una risita ante el tono asustado del mayor—. No te rías, es peor que mi madre.

—Perdón, hyung. —YoonGi sonrió cuando el pelirosa alzó la vista aún con una sonrisa en su labios.

—Aún tienes rastro de haber llorado —Su corazón latió con fuerza cuando sintió las manos del mayor sobre su mejillas, en un tacto algo brusco pero cariñoso—. No soy bueno con las disculpas, niño, pero admito que no fue correcto gritarte. Lo siento.

—Está bien, hyung. Lo perdono.

—Gracias, JiMin —Su nombre se oía tan bien de los labios del mayor—. No sé que me pasó, pero C.C me pone los pelos de punta.

—¿Le... gusta?

—No. Es... lindo, pero creo que debo conocerlo más. Solo... Me interesa mucho y no solo porque no lo conozco en persona. —YoonGi suspiró mirando al techo—. Es extraño. Tienes algo... —JiMin lo miró curioso, ¿él?— Haces que me sienta cómodo, tranquilo, y siento como si pudiera contarte mi vida entera sin dudar.

—... ¿No se refiere a C.C?

—Claro que no. Dije 'tienes'. A veces de verdad creo que estás sordo.

El menor hizo un puchero y YoonGi le sonrió.

Tierno.

Frunció su ceño ante ese inoportuno pensamiento. Se levantó ofreciéndole la mano al pelirosa. Este, ya de pie, se arregló el sweater, sacudiendo sus jeans.

—Vamos. Te invito a un helado.

—No tiene porqué.

—Silencio. Tú sólo di sí —JiMin le sonrió, soltando una risita cuando el mayor le revolvió el cabello—. Vamos.

—Sí, YoonGi hyung.

Cartas a Hyung - myg & pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora