30 Días (Johnlock/Mystrade)

Día 23: En uno de sus cumpleaños

"Con flores te llevaste mi tristeza"

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—¡John, si viniste!—El grito eufórico de Sherlock hizo que la emoción también envolviera al niño rubio, quien admiró el disfraz de su amigo, en realidad parecía un pirata. Le entregó una caja forrada con papel regalo mientras sonreía.

—Espero te guste, Harry y yo lo escojamos para ti.—Señalo John la niña unos años más pequeña que se escondía de tras de su hermano mientras sus manos tomaban su suéter.

—Gracias. Hola Harrieth.—Saludó Holmes. Harry solo sonrió tímida

Sherlock tomó la mano de John y lo jaló por el patio en donde otros niños corrían y gritaban sin parar. Harry los siguió apresurada.

El niño de abundantes rizos puso su regalo en una mesa y enseguida se movió hacia un baúl en forma de cofre y saco dos espadas de madera, un sombrero de pirata y un parche,  se lo dio con alegría rebosante a los hermanos Watson.

—Estamos jugando a los piratas ¿Quieren estar en mi tripulación marinos?—Preguntó Sherlock.

—¡Si capitán!

Entonces los tres corrieron para retomar su juego con otros niños.

—John, Harry, Irene y yo somos un equipo. Mary, Molly, Mike y Gavin son otro equipo.—Al oír eso John miro a su alrededor, observó como un chico mayor se acercaba a ellos, era Greg. El ya no era un niño pero se veía tan alegre cuidando que nadie se lastimara y jugando también, John se decepcionó un poco por que no estaba de su lado, habría sido una enorme ventaja.

Sherlock tomó de la mano de nuevo a john y John se sintió feliz, por que ya sea abrazando su brazo o apretando sus manos, tener a Sherlock cerca siempre fue muy lindo.

Después de un rato luchando entre si por el tesoro (monedas de chocolate en una bolsa de tela) todos se pusieron de acuerdo en que las cosas debían ser más divertidas.

—Bien John y yo lo tomamos de los pies y los demás lo amarran.

...

Mycroft se debatía sobre si salir de la casa fue una buena idea, seguramente la respuesta era no, ahora tenía a un montón de niños atando sus pies y manos mientras gritoneaban que era su prisionero y debía caminar por la tabla. Todo mientras su madre reía sin parar, como si fuera gracioso.

—¡Argh! Prisonero, vas a decirnos donde esta el tesoro.—Molestó Irene picando suavemente sus costado con la espada de juguete.

—Sherlock esto es ridículo, te pido por favor que me sueltes...—Mycroft observó a Greg a acercarse.— Greeeg, sácame de aquí.

—Oh, mi lindo, lindo novio fue secuestrado por feroces piratas.

—Tú no juegas Gary, eres grande. Ahora primer oficial Watson ayúdame a deshacerme de este bribón que no quiere hablar.

—A sus ordenes capitán Holmes.

Entre los dos empujaron a Mycroft para hacerlo caer del pequeño banco en donde estaba sentado. Ambos niños celebraron para salir corriendo con todos los demás detrás suyo mientras Greg liberaba a su pareja.

...

—Deberías quedarte aquí en mi casa esta noche, sera divertido, podemos ver la tele y comer galletas.

John giro la vista hacia la mujer rubia detrás de el, que cargaba a una dormida Harry, pidiendo permiso de forma silenciosa.

—Por supuesto que puedes quedarte amor, pero te recogeré temprano mañana, no olvides tu cita con el dentista.

—Gracias mami.—John abrazó a su madre y mientras esta se despedía de la mamá de Sherlock los niños entraron a la casa, siempre tomados de la mano.