Día 4: Jugueteo con los dedos

1.3K 100 12
                                    

"El deseo es ansia, es el fuego que respiro"

🌼🌼🌼

—Te amo tanto. —La voz ronca de John resonó en la habitación, ahí sobre la cama dos amantes demostrando su devoción entre si, de unieron entre deseo y lujuria.

Watson desabrochaba desesperado los botones de la blanca camisa de Sherlock, al mismo tiempo que besaba la clavícula de este. Por un momento se vio aturdido por el jadeo que soltó Holmes cuando su mano derecha bajó a su pantalón. De forma hábil desabrochó la cremallera y dirigió sus dedos dentro de la ropa interior masturbado directamente al otro hombre. El calor en su mano, los toques rápidos, cada cosa se volvió perfecta.

—J-John. —El habla de Sherlock pareció volverse más gruesa.

John pasó su mano sobre la cabeza del pene de Sherlock frotando esa parte en especifico, para luego bajar y subir rápidamente repitiendo la acción inicial. Sherlock solo cerró los ojos jadeante ante la sensación, colocando sus brazos sobre el cuello de John.

Watson llevó sus labios por el pecho de Holmes sintiendo el fino bello corporal en su rostro, besó y lamió un poco el lugar complacido del efecto que sus toques tenían en su novio. El amor llenó su pecho cuando pensó en esa palabra, tantos años de correr el uno detrás de otro sin darse cuenta de lo que sentían fue en su momento algo molesto, ahora no, ahora se querían, se amaban siempre libres y sin miedo.

Dejó de atender a Sherlock para quitarle definitivamente los pantalones junto a la ropa interior dejándolo casi desnudo a excepción de la delgada camisa que todavía cubría parte de su torso, también hizo lo mismo liberándose, se inclinó y tomó ambos miembros en su mano, frotándolos entre si.

Sherlock alcanzó como pudo la pequeña botella de lubricante sobre el mueble de noche, roció un poco sobre su propia erección sintiendo de inmediato el placer del liquido viscoso y frío, el cual escurrió por sus muslos donde la mano de Watson ya estaba tocando. Sherlock se masturbó con rapidez mientras sentía los dedos del otro hombre abriéndose paso para tantear su entrada hasta que sintió un dedo dentro de el. Sherlock gimió fuerte pero John lo hizo callar con un beso muy sexual.

Ambos hombres hicieron pequeños ruidos de placer en la boca del otro. John introdujo otro dedo en Sherlock simulando embestidas, para después curvearlos un poco y sentir esa pequeña protuberancia, la próstata de Holmes. Un sonido más fuerte pareció hacer eco en el lugar, Sherlock había gritado arqueando la espalda rompiendo el beso apasionado con John quien siguió con su tarea tocando a Sherlock y ahora también tocándose el, en un momentos ambos sintieron ese familiar cosquilleo en el vientre subiendo por su miembro, ambos estallaron en un orgasmo y un gemido.

—Eres maravilloso Sherl-ock.

—G-racias.

La respiración agitada de ambos empezó a calmarse, para después besarse de forma tierna.

30 Días (Johnlock/Mystrade)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora