30 Días (Johnlock/Mystrade)

Día 25: Algo subido de tono

"Aunque todo está en la mente, quien manda es el corazón."

AU
Greg: 25 años
Mycrof: 22 años

🌼🌼🌼

La vista de Greg se desvió hacia el hombre pelirrojo sentado frente a la barra del pub un par de metros alejado de donde el estaba, lo observó revisar su reloj un poco ansioso mientras parecía esperar que alguien apareciera por la puerta, volteado repetidas veces a verla. Lestrade no conocía a esa persona pero sin duda le estaba trasmitiendo su desesperación y en algún momento también se sintió mal por el hombre, sea a quien sea que estuviera esperando seguramente no iba a llegar, mientras pensaba en eso se dio cuenta que se había terminado su bebida. Se levantó y caminó hacia el otro chico para sentarse a su lado.

—Hola, soy Greg.

—Un placer Greg, mi nombre es Mycroft.— Le dedico una sonrisa a Lestrade mientras levantaba el rostro para prestarle atención al repentino saludo, aun que solo fue un momento por que luego miro su reloj de nuevo.

Greg por otro lado se perdió entre los ojos de Mycroft, ese azul intenso y brillante llamaron su atención al instante.

—¿Esperas a alguien?

—No, es decir... si pero supongo que no vendrá, llevo una hora y media esperando... debí haberlo decepcionado.—Mycroft suspiró frustrado antes de darse cuenta de que tal vez estaba hablando muy rápido y de más.

—¿Decepcionar a quien? ¿Tu cita?

Mycroft se sonrojó, nunca se imaginó teniendo citas, mucho menos a ciegas, pero la insistencia de su pequeño y molesto hermano por buscar emparejarlo con alguien para mantenerlo ocupado y que dejara de meterse en su vida como solía decir, era lo que lo habían obligado a aceptar salir con ese chico que conoció en internet llamado Derek que al parecer no pensaba llegar a su encuentro.

—Algo así, se llama Derek, hablamos un poco por correo, quedamos en vernos hoy, supongo que no le agrade.—Finalmente, si Mycroft decía más de lo que debía frente al guapo hombre frente suyo todavía podía culpar al alcohol que había estado tomando.

—Que tonto ha sido entonces, pareces una persona muy interesante.—Ahora Greg estaba siendo aventurero, el chico lindo y pelirrojo acababa de "confirmarle" que era gay o bisexual y él estaba más que bien con eso.

—¿Lo crees?

—Por supuesto, tu ropa es genial, tu voz gruesa te hace sonar autoritario aunque las pecas en tu rostro y tus ojos azules te dan un aire muy amigable. Cualquiera debería estar feliz de conseguir una cita contigo.

El pecho de Mycroft se sintió invadido por un calor agradable, le sonrió a Greg y su conversación continuó entre bromas y chistes sin sentido, copa tras copa la alegría artificial creada por la bebida estalló entre ambos, risas escandalosas, confesiones que seguramente no recordaría al día siguiente, roces entre sus manos, finalmente besos apasionados. Sus labios chocaron, sus bocas conociéndose, deseándose entre chupones calientes y jadeos vergonzosos aun en público, siendo opacados solo por la música ruidosa y las luces semi obscuras del lugar. Los toques que recorrían sus cuerpos por sobre la ropa cayeron en lo obsceno. Cada fibra de ellos se sumergió en la repentina lujuria, pero alejarse fue lo mejor, intercambiar sus teléfonos, pedir un taxi a casa, en el caso de Greg y esperar a su chofer, en el caso de Mycroft. Finalmente siempre habría un momento para disfrutar uno del otro.