30 Días (Johnlock/Mystrade)

Día 28: Tu fetiche

"Estoy en mi camino a creer."

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El traje elegante de Sherlock perdió el saco, cayendo descuidadamente  en alguna parte del suelo, los besos rudos que estaban maltratado sus labios hicieron su erección más dolorosa, sintió como las manos de John hurgaban entre los botones de su camisa para desabrocharlos y el toque lo hizo temblar un poco.

La cena de que organizó Mycroft como parte de la petición de su madre por convivir más seguido pareció durar una eternidad, el y John se habían besuqueado como adolescentes en el baño y se tocaron debajo del mantel de la mesa, finalmente ambos estaban excitados, deseosos del cuerpo del otro. Se marcharon de la velada antes de lo esperado dejando a Mycroft y Greg un poco confusos, tomaron un taxi, por que claro "Sherlock yo no necesito ayuda Holmes" rechazó a cualquier chofer de su hermano. La llegada a 221B fue incómoda, con la acusatoria mirada del conductor sobre ellos por los sonidos obscenos que lo hicieron escuchar durante el camino, sin embargo eso no importaba, al final la verguenza se disipó entre el calor lujurioso del piso.

Las manos inquietas de Holmes intentaron quitar el chaleco de tela brillante de John pero despues de pensarlo bien prefirió dejar el asunto en paz y permitirse tocar la erección de su novio por sobre el pantalón.

John emitió algo parecido a un gruñido cuando sintió la presión de los dedos de Sherlokc en su entrepierna, se dio cuenta de la fuerza con la que intentaba empujarlo contra la pared así que se movió hacía atras un poco. Aun basándose juntaron sus cuerpos haciendo fricción entre sus miembros. Sherlock se deslizó despues de un rato cayendo sin cuidado de rodillas, tomó la hebilla del cinturón de John y lo quito, desabrochó el cierre, para luego bajar la prenda un poco, liberó el pene del otro hombre de la ropa interior y se lo metió a la boca, sus lengua recorrió de arriba hacia abajo, girando en la punta. Escuchó a Watson maldecir más de una vez y eso lo animo a moverse más rapido, ahora mientras sus dedos acariciaban sus testículos dando leves tirones. Sentir la mano de John empujando fuertemente provocando que su rostro chocara contra su ropa mientras chupaba su miembro fue extrañamente erótico en ese momento.

John se sintió al borde de un orgasmo cuando Sherlock aumento la velocidad de sus movimientos y así fue, no duro mucho más y se derramó en la boca de Holmes con un grito pequeño de alivio. Al recuperarse ambos corrieron al cuarto de John para terminar lo que acababan de empezar.