Un largo lapso de tiempo pasó, exactamente 10 años en donde Jungkook mandó a cientos de personas buenas al paraíso y otras cientos de personas malas se habían convertido en ángeles de la muerte al igual que él. Lo bueno de todo esto, es que ahora Jungkook era un ser inmortal, así que la muerte no existía para él.
En todo este tiempo, él entendió las reglas que estaban estipuladas, por ende ya sabía porqué se había convertido en un ángel de la muerte.
Cuando una persona comete un pecado tan grande como los asesinatos es cuando está destinado a ser un ángel de la muerte como condena.
Él aprendió mucho en esos largos años, logró mejorar su mal carácter a uno bastante decidido, pero conservando su toque directo y algo frío. Aprendió a valorar las cosas sabiendo que el día de mañana él pudiera estar muerto aunque era casi imposible. Nunca desobedeció la regla de no enamorarse porque nunca tuvo la oportunidad de convivir con chicas, así que los sentimientos amorosos estaban alejados de él, básicamente no tenía nada de qué preocuparse.
Salió de su despacho con las manos en sus bolsillos cuando su reloj ubicado en su muñeca derecha comenzó a vibrar indicando que una muerte se avecinaba y podría pasar en cualquier momento. Rápidamente llegó a su casa, revisó en su habitación hasta que encontró una pequeña caja fuerte donde estaba la tarjeta con los datos de la persona que moriría.
Nombre: Kim Do Young.
Edad: 53 años.
Causa de muerte: Homicidio.
Locación: Patio trasero de su casa.
Al leer la palabra "homicidio" supo que iba a ser un caso complicado y que no pasaría en vano. Sabía que otro ángel de la muerte se uniría al clan. Cuando llegó a la dirección fue espectador de toda la escena, su hija Kim Hana lo había asesinado en defensa propia.
El padre de Hana, mejor conocido como el señor Kim era un hombre alcohólico, donde todos los días golpeaba a su hija, sinónimo de maltrato intrafamiliar, hasta hoy. Hana estaba a punto de morir por culpa de su padre, ella siempre le tuvo un gran terror a la muerte, así que fue más rápida y le estrelló una botella de vidrio en su cabeza. Su padre cayó al suelo quedando inconsciente. Segundos después estaba muerto.
Toda esa trágica escena la presenció Jungkook, estaba claro que Hana tendría que pagar por el pecado que cometió al matar a su padre. Por haber ejercido esa acción en defensa propia la penitencia sería de menor grado.
-¿Kim Do Young, es usted? -preguntó Jungkook al espíritu que estaba intacto, sin ni un solo rasguño.
Hana se había dado cuenta de que Jungkook era un ser anormal, sin embargo no podía ver al espíritu de su padre. Ella intervino por la gran curiosidad que era una de sus principales características y no se iba a quedar de brazos cruzados.
-¿Quién eres? -cuestionó Hana con miedo y a la vez con cautela, un tono de voz que solo podía adquirir cuando el miedo se apoderaba de ella. Jungkook la miró como si fuera el bicho más raro del mundo, pero contestó a su pregunta de una manera cortante y seca como usualmente lo hace.
-Soy un ángel de la muerte. Kim, te llevaré a mi despacho. -avisó mirando al espíritu y dándole una seña para que lo siguiera, pero Hana lo sostuvo del antebrazo volviendo cualquier posibilidad de que se fuera al despacho totalmente nula.
-No estoy para bromas ¡¿Quién eres y qué haces en mi casa?!
A pesar de haber matado a su padre, tener salpicadas de sangre en sus manos y vestimenta, ella no se había arrepentido de tal acto porque sabía que era la única manera para dejar de sufrir. Se había ido hace un par de meses de la casa de su padre a un pequeño departamento en el centro de Busan, pero el señor Kim la persiguió hasta que la volvió a traer a vivir a su casa. Por eso, matar a su padre era la única forma de librarse de él y vaya que lo hizo.
Algo que no cambió en ella fue su personalidad, seguía siendo esa joven normal frente a la sociedad como si no viviera ningún maltrato, así que a Jungkook se le dificultó lidiar con la terquedad de Hana. Una chica de baja estatura, nariz redonda, pelo arriba de los hombros de una tonalidad oscura que hacía resaltar la palidez de su rostro. Era bonita, pero su curiosidad lo arruinaba.
Jungkook recordó las normas establecidas para las personas que asesinan gente, una de ella es que la persona tiene que acompañar al ángel de la muerte a su despacho y de ahí enviarlo con su superior, en este caso vendría siendo Gabriel. Así que, sin más protestas y soltándose del agarre de Hana, le contestó totalmente resignado.
-Ven conmigo.
Al pronunciar esas dos palabras, automáticamente aparecieron en una habitación bastante amplia. Mientras Hana se adaptaba al nuevo ambiente y el espíritu de su padre analizaba la situación, Jungkook preparó la bebida que le daría al señor Kim, para finalmente enviarlo al paraíso donde tendría una larga charla con la divinidad al maltratar a su única hija y su esposa.
Hana observaba todo descaradamente, su mirada se posó en la ancha espalda de Jungkook donde pudo notar unas alas negras muy bien escondidas, pero aún así visibles que se moría por preguntar el "por qué" de éstas.
-Tómalo -Jungkook le ofreció una taza de té al señor Kim-. Es para que olvide sus recuerdos.
El antes nombrado, bebió el líquido transparente que a simple vista parecía agua, si lo veías más detenidamente podías notar un color amarillento en él. A los pocos segundos, Jungkook lo llevó a una puerta donde se podía ver un gran prado lleno de verdes plantas. El señor Kim se despidió...ahora faltaba resolver el caso de Hana.
-¿Cuál es tu nombre? -preguntó Gabriel entrado por la puerta de la cocina. Hana no podía procesar el asombro y terror que sentía al ver a un hombre tan alto y único como Gabriel.
-Kim Hana.
Los dos hombres se miraron cómplices sabiendo el destino que iba a tener la chica, un castigo que no se le iba a perdonar. Sabiendo cómo es Gabriel no va a tener un poco de piedad con Hana. Jungkook parecía que leía todos los pensamientos del mayor quien solo se dedicaba a mirar a la chica con su típica mirada intimidante que es imposible no evitar.
En este momento Hana era una intrusa al mundo de los muertos, era difícil de creer pero lastimosamente es la realidad del asunto. Rápidamente la maravillosa mente de Gabriel ideó una propuesta que le daría un beneficio a Hana.
-Hablemos, Hana. Tengo una propuesta para ti.
A pesar de que Gabriel lucía bastante calmado, la chica estaba tan asustada porque jamás había visto tantas cosas espirituales que siempre creyó que eran mentira, pero ahora sabía que todo era real y que era una intrusa a un lugar en el cual su entrada no estaba autorizada. Hana no quería estar aquí, tenía una vida bastante ajetreada y diferente a la de una chica de 21 años como ella. Al principio pensó que podía ser una broma, pero finalmente cayó en la conclusión que era la vida real.
El mayor le hizo una seña al joven para que abandonara la habitación, hizo una leve inclinación y desapareció por el pasillo. Las corrientes eléctricas recorrían desde el inicio de su columna hasta la punta de los pies, esa sensación que no era nada agradable y que aún así tenía que soportar, porque se merecía estar ahí por haber matado a su padre, lo bueno es que fue en defensa propia y según las reglas estipuladas, el castigo o condena iban a ser de menor grado. Al menos, Hana estaba en sus cinco sentidos, así que podía procesar a la perfección cada palabra que saldría de la boca de Gabriel.
Y esas palabras cambiaron radicalmente su triste vida.
Este capítulo tiene varias referencias de Goblin, de hecho me inspire en el primer capítulo de esta serie para hacer referencias, en fin el libro es muy diferente y ajam espero les guste ❤
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Angel of Death ➳ Jeon Jungkook ✔
Spiritual¿Pueden dos ángeles de la muerte enamorarse? Por supuesto que no. Esa era la ideología del arcángel Gabriel, quien condena a Jeon Jungkook para ser un ángel de la muerte de por vida, después de morir. Pasan los años y Kim Hana asesina a su padre...