¿Pueden dos ángeles de la muerte enamorarse?
Por supuesto que no.
Esa era la ideología del arcángel Gabriel, quien condena a Jeon Jungkook para ser un ángel de la muerte de por vida, después de morir.
Pasan los años y Kim Hana asesina a su padre...
Caminando en silencio para no despertar a Jungkook se adentró a su habitación, Yoongi estaba contemplando la escena desde el borde de las escaleras estando listo para reír debido a la ocurrencia de Hana.
—¡Despierta! ¡Tenemos junta, Jungkook! —gritó Hana entrando a la habitación de su compañero quien seguía en el quinto sueño más profundo y había olvidado por completo que hoy tenían junta con los demás ángeles de la muerte, ya que Hana había recibido la invitación hace dos días.
Ella se abalanzó sobre él, ya que sólo tenían media hora para estar listos e irse al pequeño edificio perteneciente a Gabriel y no llegar tarde.
—¿Desde cuándo tanta confianza? —preguntó Jungkook adormilado, sin procesar la pregunta del todo.
—¡Desde hoy! —ella no dejaba de gritar y reírse por las muecas de Jungkook. Había despertado con un buen humor y conversó con Yoongi acerca de Jungkook, así que estaba dispuesta a tratarlo diferente.
—Cállate y fuera de mi habitación. —él empujó el pequeño cuerpo de Hana hacia el piso donde se escuchó la caída, pero ella estaba en perfecto estado, así que no iba a lograr corromper su buen humor.
—¡Te espero! —soltó una risilla y Jungkook visualizó los ojos más hermosos que pudo haber visto nunca. Reflejaban un brillo con una necesidad de cariño, formando un perfecto contacto visual.
Jungkook tenía miedo de que ese mínimo y mísero sentimiento se intensificara con el pasar del tiempo, lo único que no quería era enamorarse de la persona que por un breve momento le cayó bastante mal y que ahora estaba empezando a sentir un pequeño vínculo afectivo entre ellos dos. Hana, por el contrario sentía una gran admiración hacia él, se sentía agradecida por dejarla vivir en su casa y tolerar a esa chica con traumas debido al maltrato de su padre y que ahora quería estar bien, quería ser ¿normal?
Ninguno de los dos iba a permitir que los sentimientos amorosos invadan su cuerpo, mente y alma, así que con solo ser amigos estaba muy bien.
En menos de quince minutos, Jungkook estaba listo. Portaba su típico traje negro con sus botas bastante toscas y grandes que lo hacían ver más alto y esbelto de lo que en realidad era.
Al bajar se encontró con Suga y Hana platicando de lo que parecía ser la junta anteriormente programada, no le tomó importancia y ellos al verlo se levantaron del sofá y emprendieron camino hacia una de las salas de junta que tenía Gabriel en su edificio donde trabajaba todos los días y a todas horas.
Yoongi, Jungkook y Hana observaron las grandes puertas del edificio abrirse y el olor a limpieza inundó sus fosas nasales. El piso perfectamente reluciente color blanco con detalles en textura de madera que hacía ver el lugar bastante elegante y costoso, la luz salía por los bombillos colgados en el techo formando un hermoso candelabro, también había pequeños módulos donde la gente se podía sentarse y disfrutar de la elegancia del edificio.
Se dirigieron a una esquina donde las puertas de metal del elevador estaban ubicadas, ella presionó el botón para que estas puertas se abrieran y a los pocos segundos tenían el elevador a su disposición. Entraron marcando el piso correspondiente y tardaron no más de 10 segundos cuando delante de ellos estaba un pasillo de color blanco.
Personas transitaban por éste, algunas mujeres hacían resonar el sonido de sus tacones y Hana se deleitaba con ese sonido que le encantaba escuchar, que inconscientemente sonrió para sí misma. La mirada de Jungkook buscaba la puerta con el número 145 que era la sala de juntas más grande del lugar.
Finalmente la encontraron hasta el final del pasillo y entraron donde sonaba una música instrumental a un volumen bajo. Ahí estaban incontables sillas con etiquetas que tenían impreso el nombre de la persona que debía sentarse ahí. Además de una pequeña tarima donde un micrófono y su base negra estaban en el centro de éste. Por cierto, Taehyung sería el anfitrión de la junta y Gabriel sería el presentador.
—Buenos días —saludó un ángel de la muerte al lado de la tarima—. Este es el número de silla en donde se tienen que sentar —a cada uno les dio un papel con los datos anteriormente mencionados—, y este de aquí es la persona con la que tienen que hacer equipo, sólo será válido para esta junta.
A cada uno les entregó el papel, que para suerte de Jungkook tenía que hacer equipo con Hana. Yoongi tendría que hacer equipo con Hyunjin quien muy a lo lejos logró ver, así que se sentó a su lado por la etiqueta de la silla que tenía su nombre impreso.
Para ser sincero, Jungkook ni siquiera sabía el tema a abordar de la junta, Hana por el contrario, sí sabía y era la "Psicología del Espíritu Maligno", entre otros temas con un nombre más complejo.
Los minutos pasaban y más ángeles de la muerte llegaban al lugar hasta llenarlo casi por completo, algunos llevaban libretas para hacer anotaciones de los importantes datos que proporcionaban y otros como Jungkook y Hana, quienes sólo estaban ahí por obligación, el primero más aburrido que ella.
—Vamos a dar comienzo, todos los equipos están seleccionados, así que comenzaremos con un tema bastante común entre nosotros. Los espíritus malignos...—empezó hablando Taehyung y por el micrófono, su voz grave llegaba como un manto que se esparció por todo el lugar.
Pasaron dos horas donde Taehyung no paro de hablar ni un segundo, incluso rondaba por los asientos en lugar de estar de pie en la tarima, se sentaba al borde de ésta siempre con su micrófono a la mano. Gabriel le hizo compañía hablando de temas un poco más importantes y tiempo después de llegó la hora de aplicar los conocimientos adquiridos en ejercicios que son en parejas.
—¿Cuál es la diferencia entre un ángel de la muerte y un ángel negro? —preguntó Hana viendo el perfil de Jungkook, quien miraba al frente buscando algún entretenimiento.
Ella se quedó perdida viendo el simétrico perfil del chico, que tardó un poco en contestar a la pregunta anteriormente hecha por la pelinegra. Ella veía su iris brillar debido a la luz blanca perteneciente a la tarima, su rostro relajado sin articular movimiento, solo el de sus labios rosados y conectados que abrió para poder contestar a la pregunta.
—El ángel de la muerte viene para llevar a las almas al paraíso. El ángel negro no tiene respeto y promueve la maldad. —contestó Jungkook volteando a ver a Hana.
Ella leyó otra pregunta para Jungkook. Debido a la década estando en el mundo de los muertos se sabía de memoria todos los conocimientos básicos, mientras que Hana no tenía ni idea de los extraños términos usados para referirse a cosas o personas espirituales.
Sin pensarlo, ya había pasado un mes entero que Hana había cumplido con éxito, ahora sólo faltaban dos más en los cuales pasarían muchas cosas y nuevas aventuras estaban por manifestarse.
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Perdón por cualquier error ortográfico, tengo mis manos congeladas por el frío :(
