27 Final

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Narración especial de Jeon Jungkook

Muchos años después.

La pintura blanca de la casa donde habitaba era sumamente costosa y elegante, pinturas de Claude Monet adornaban las paredes, sin mencionar los hermosos candelabros que iluminaba la zona. Ahora las calles de Busan estaban como de costumbre debido a que no había ninguna celebración cercana o algo por el estilo. 

Con mis grandes y frondosas botas, mi abrigo largo color azul grisáceo, un suéter mostaza y pantalones negros como de costumbre, bajé por las escaleras en forma de caracol admirando la pulcritud en cada rincón de la casa.

Me sentía bien descendiendo por los peldaños como si fuera el mismísimo rey, sólo que no había nadie esperando por mi sino que yo estaba esperando a alguien.

Tomé una inspiración recordando los gratos momentos, aquellos que fueron esenciales para ser feliz, esos de los que no me arrepiento. Fue a cuando sentí algo en mis manos, como un cosquilleo que amenzaba con ramificarse por todo mi cuerpo, pero esas eran consecuencias ser una persona más longeva. Después de todo había hecho un buen trato con Seojun y me permitió vivir una vida más larga sin que mi aspecto se deformara.

Seguía esperándola y eso me daba fuerzas para seguir adelante sin tropezar.

Aquella lluvia eterna aún era constante pero no como antes, ahora el sol se colaba por mis ventanas frecuentemente acompañado del canto de los pájaros que relajaban mi mente como si fueran esa caricia que necesitaba en mi vida.

Había momentos buenos, momentos malos, momentos en donde no sentía nada pero cada uno de ellos me hicieron una persona diferente. El baúl de los recuerdos seguía intacto, lleno de polvo en mi cabeza, pero tampoco quería ver su interior por miedo. Por el condenado miedo que tensaba cada mínimo músculo porque no quería recordar, era mejor dejar las cosas como estaban.

Hubo una larga temporada de lluvia, también hubo una larga temporada de sol y ahora se avecinaba una larga temporada de nieve que cubría todo de blanco haciéndolo ver hermoso.

Me acerqué a una de las tantas puertas girando el pomo donde el escritorio reluciente se dejó ver. Ahí estaba reposando una campana dorada brillante en la que se veía mi reflejo, la tomé entre mis mano haciéndola sonar consecutivamente y enseguida ahí estaban ellos frente a mi con unas sonrisas pintadas en sus rostros.

Yoongi y Taehyung.

—¿Qué haces? —Inquirió Taehyung.

—Literalmente nada.

—¿Te sientes solo?

—A veces —ambos me miraron—. Casi siempre —hice una pausa—. Siempre me siento solo —confesé.

—Tal vez eso algún día pueda cambiar.

Y mi expresión de desconcierto se hizo presente activando algo nuevo en mi, no sabía si eran ansias, emoción o felicidad, pero decidí seguir con el hilo de plática antes de que se perdiera.

—Jungkook, poco a poco lo vas superando y te ves mucho mejor que antes —comentó Yoongi.

—Me siento un poco mejor.

Un silencio reinó la habitación por algunos segundos, así que aproveché para tomar una inspiración dejando fluir mi aflicción interna. Miré hacia la esquina donde estaba instalada la ventana, a través de ella se veía el panorama cubierto de nieve, copos cayendo del cielo cobijando todo de blanco y caí en cuenta de que era una de las primeras nevadas del año.

Angel of Death ➳ Jeon Jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora