Y ahí estaba Hana sumida en sus pensamientos, todos pertenecientes a Jungkook quien era muy apuesto para estar muerto. Ella quería saber cómo fue que murió, pero estaba segura de que no fue en el mejor contexto. Optó por ir al patio para dejar de pensar, fue cuando sintió un dolor en su muñeca derecha, ésta se ponía roja y las venas resaltaban. En verdad le dolía. Y Jungkook llegó en ese preciso momento.
—Andando, tendrás tu primera misión y nada de quejas.
—¿Por qué me duele la muñeca? —preguntó mientras palpaba la zona alrededor del reloj con su mirada que reflejaba preocupación. El reloj sólo daba un par de vibraciones en el área, después de unos días el dolor iría disminuyendo.
—Tu brazalete te está diciendo que alguien va a morir, apurémonos.
Juntos salieron en busca de la víctima, pero primero había que agarrar una tarjeta que contenía todos los datos de una persona en el mismo lugar donde la pesadilla de Hana empezó, el despacho. Se dirigieron a Myeong-dong, lugar donde esperaron a que sucediera el deceso de la persona por nombre de Kim TaeHee.
Hana se sentía confundida, un sentimiento normal para su primera vez ejecutando el oficio que iba a hacer por los siguientes 3 meses, así que tendría que aprender rápido para no dar molestias a la gente, algo que ella siempre criticó.
Esperaron unos segundos al borde de la acera exterior de un edificio, una curiosidad de los ángeles de la muerte es que mientras tengan ocultas sus alas la gente que transita no puede verlos, en el momento que son visibles es donde las personas los perciben. La mirada de ambos se centró en un vehículo grisáceo que fue chocado por la parte frontal y una mujer murió debido al impacto. El espíritu salió y se dirigió hacia los presentes extremadamente abatido.
—Pregúntale. —susurró Jungkook en el oído de la chica.
—¿Kim TaeHee?
—Soy yo. —respondió la señora de unos 50 años de pelo grisáceo con un par de arrugas en su rostro con un vestido color turquesa salpicado de sangre, algo que a Jungkook le gustó.
Hana hizo un ademán para que la siguiera, mientras Jungkook era un espectador más. Y así la llevó a un pequeño cuarto donde le preparó el té del olvido para que pudiera olvidar su vida pasada, no sin antes mirar su expediente de vida que estaba limpio de cualquier crimen o pecado mayor. Ya hecho el té, lo puso en frente de la mujer indicando que podía tomarlo y con algo de miedo, la mujer acató la orden. Al terminar la llevó a la misma puerta por donde habían entrado, oficialmente se había ido a su cuarta vida, la última del ser humano.
—Lo hiciste bien para ser tu primera vez, sólo trata de proporcionar más explicación acerca de lo que harán en el paraíso.
—Después de todo, no es tan difícil.
—Sigue con tu día yo me iré a continuar con el mío. —avisó Jungkook caminando con las manos en los bolsillos de su pantalón hacia la puerta de madera.
—Quédate, no quiero que nada me salga mal. —interrumpió su andar con esa simple oración que dio inicio a su aventura que ninguno de los dos olvidaría.
Jungkook se tardó en responder, sin embargo lo hizo.
—Bien, lo hago para que Gabriel no me regañe.
***
Dio por finalizado el día y en total mandaron a 6 personas a su siguiente vida. A Hana le empezaba a gustar su trabajo, a Jungkook le gustaba que Hana estuviera aprendiendo para seguir con sus días de soledad. Al llegar a casa de sentaron en la barra que estaba no muy alejada de la cocina. Sirvieron su comida bastante casera, un estofado de pollo y se dedicaron a comer en silencio. Era obvio que ambos se odiaban, pero la pelinegra se sentía agradecida por recibirla en su casa, aunque fuera una orden de Gabriel.
Uno de ellos decidió romper el silencio que había.
—¿Dónde necesito llevar el reporte? —cuestionó Hana llevándose un trozo de pollo a la boca y comerlo.
Cada semana se entrega un reporte de las personas que se recogen, pero no sabía a dónde llevarlo, ya que Gabriel no se lo dijo por lo que le preguntó a Jungkook. También necesitaba sacar un tema de conversación.
—Se lo dejas a Gabriel. —contestó brusco y tosco, pero ya era normal en él. Hana no era muy sensible, así que no le importaba.
Durante el día, Jungkook se dio cuenta que Hana es muy desesperada, había veces en que lo hacía pésimo o extendía sus alas a la vista de todos. Acto que a él le molestaba, pero es nueva, al menos es comprensible. También notó que en varias ocasiones parecía tener un odio hacia él y era mutuo porque Jungkook también le caía mal Hana.
—¿Mañana también estarás conmigo? —preguntó en un tono de voz bastante bajo.
—No, yo también tengo que trabajar. —respondió seco, sin sentimientos. Jungkook tendría que moderar su tono de voz o le causaría un conflicto interno a Hana.
Ella rodó los ojos como respuesta llevando los platos y vasos sucios al fregadero donde probablemente se quedarían ahí por días, porque a ninguno de los dos les gustaba hacer tareas del hogar, sin embargo la casa (por alguna extraña razón) siempre se mantenía limpia.
Intercambiaron alguna que otra palabra hablando de cosas triviales, hasta que una pregunta, que llevaba invadiendo la cabeza de Hana, se dio a conocer.
—¿Porqué eres un ángel de la muerte? Me refiero a los pecados que cometiste. —Lo último logró salir como un murmuro. Bien sabía ella que había la posibilidad de que Jungkook la dejara con la duda, pero algo asombrado y nervioso logró dar una respuesta a su pregunta.
—Yo fui un criminal y morí en un accidente automovilístico.
Una nueva curiosidad de Jeon Jungkook, la cual Hana no la podía creer. Era un criminal y ahora está pagando por eso. Cada vez había más cosas que ella descubría y la impresionaban...mucho.
Bueno, este capítulo fue para que conocieran más acerca de la vida diaria de un ángel de la muerte según mi imaginación JAJAJAJA y también que supieran que Hana y Jungkook se llevan mal, pero eso irá cambiando.
Gracias por leer <3
ESTÁS LEYENDO
Angel of Death ➳ Jeon Jungkook ✔
Spiritual¿Pueden dos ángeles de la muerte enamorarse? Por supuesto que no. Esa era la ideología del arcángel Gabriel, quien condena a Jeon Jungkook para ser un ángel de la muerte de por vida, después de morir. Pasan los años y Kim Hana asesina a su padre...