A grandes rasgos, Jungkook le explicó a Hana su vida como criminal, además de las malas circunstancias en las que murió hace mucho tiempo. Ahora estaba pagando por todos los pecados que cometió y ser un ángel de la muerte de por vida era su castigo. La vida de Jungkook es muy diferente a la de Hana.
Hablaron por unos minutos más contando su historia, donde curiosamente empezaron a limpiar la cocina porque si se veía bastante desordenada y sucia. Jungkook lavó los platos y Hana los ponía en el lugar correspondiente, que todavía no sabía la forma en que él ordenaba sus cosas.
—Los cubiertos van aquí —señaló un cajón—, y los platos acá —señaló un estante bastante alto—.
Hana se quedó analizando las órdenes de Jungkook. Dejó los cubiertos en su lugar, que eran solamente palillos chinos, pero al momento de acomodar los platos no llegaba al estante debido a que tenía una altura apta solamente para Jungkook quien era bastante alto en comparación de Hana que media no más de 1 metro con 65 centímetros. Sin duda, una vergüenza para la sociedad.
—Déjame ayudarte. —ofreció Jungkook mientras se reía ante los esfuerzos de Hana para poner los platos en su lugar.
Se posicionó detrás de la chica donde rozó levemente su cuerpo con el de ella, la última no pudo evitar sonrojarse ante el repentino acto que la dejo bastante nerviosa. Sus rostros quedaban bastante cerca que podían sentir la respiración del otro, Jungkook la miraba burlón, porque lo hacía por diversión y distraerse de su aburrido día.
—Lo siento. —murmuró la pelinegra alejándose de Jungkook quien continuaba mirándola divertido.
—¿Te pongo nerviosa? —preguntó Jungkook levantando una ceja.
—Claro que no.
Él no hizo otra cosa más que reír y totalmente avergonzada Hana se fue a su habitación mientras escuchaba la escandalosa risa de Jungkook.
—Duerme bien "caso especial".
Lo único que quería Jungkook era ponerse a prueba para no sentir absolutamente nada por Hana, es una chica bonita y él lo sabía, sin embargo no era el tipo ideal de él. Pero todos los días iba a estar con ella, viviría con ella por los próximos tres meses donde haría todo con ella. Por eso quería saber hasta dónde puede llegar sin enamorarse, ¿entienden? Supongamos que sí.
***
Los rayos de sol entraban por el gran ventanal de la sala, la claridad de la mañana iluminaba toda la planta baja de la espaciosa casa de aquellas dos personas que se odiaban, pero sentían un poquito, solo un poquito de afecto entre ellos. Hana sentada en el cómodo sillón con un tapizado celeste y Jungkook bajando las escaleras después de un sagrado baño y de haber desayunado por petición de Hana.
—¡Caso especial!
—¿Qué quieres? No grites —con su ceño fruncido se levantó del sillón.
—¡Ay perdón! Buenos días —exclamó con sarcasmo mientras se hacía el ofendido y la miraba con odio, pero muy dentro de él, sabía que no tenía ese "odio" por ella—. Hoy te acompañaré a dejar a las personas al otro mundo.
El rostro de la pelinegra se iluminó por completo, ya que no iba a estar sola en toda la jornada laboral sino que iba a tener al menos a Jungkook criticando sus acciones y escuchando sus balbuceos incoherentes. Su mirada serena se transformó en una que denotaba cierto brillo y felicidad. Instintivamente abrazó a Jungkook por la pizca de emoción que sintió. Hana era algo impulsiva, así que en varias ocasiones hacía cosas sin pensarlo.
—Gracias. —chilló de la emoción mientras abrazaba a Jungkook por los hombros. Él solo acarició su espalda con incomodidad y se separaron de aquel contacto.
Después de unas horas entregaron al primer espíritu del día, un hombre de 80 años que murió de un paro respiratorio en un hospital. Cabe mencionar que los ángeles de la muerte generalmente no recogen a las almas en algún hospital sino las que mueren en la calle, por ejemplo en un accidente automovilístico o alguna bala perdida, entre otras cosas. Todo iba relativamente bien, hasta que Jungkook detectó un olor a carbón, enseguida su sexto sentido asumió que se trataba de un espíritu maligno.
Y no se equivocaba.
Aquella sombra era negra y traslúcida en forma de un cuerpo humano, sin embargo sus poderes pueden ser tan fuertes que tenían que desaparecer la sombra o muy probablemente estarían en serios problemas.
—Hana, hay que irnos. —dijo Jungkook alertado al ver que el espíritu se acercaba más a a ellos.
—¿Qué? ¿Porqué? —preguntó Hana con bastante confusión al ver la gran preocupación de su compañero.
—Hay un espíritu maligno, ¡vámonos ya!
Corrieron en dirección al humo color negro hasta atraparlo. Esos espíritus son dañinos para los ángeles de la muerte, debido a los fuertes poderes que son capaces de destruir lo que sea, incluidos a los espíritus o cualquier persona viva o muerta. Llegaron al río Han donde con un par de conjuros y magia negra desapareció el espíritu maligno convirtiéndose en un polvo muy parecido al carbón.
—¿Qué fue todo eso? —Hana quiso una explicación lógica para lo que acababa de pasar, ya que nunca en su vida lo había experimentado.
—Fue un espíritu maligno, hay que desaparecerlo inmediatamente porque tiene poderes que nos pueden destruir. —explicó mirando hacia el frente con sus manos en los bolsillos.
—Entiendo. —dijo con una leve sonrisa que, a querer o no a Jungkook le gustaba ver.
Dieron por acabado el día después de unas horas y en todas ese tiempo, él se dio cuenta de que Hana era más bonita de lo que podía apreciar, eso le preocupaba a Jungkook porque nunca sintió algo por alguna chica, además cualquier cosa la confundía con amor debido a que nunca recibió ese cálido sentimiento que en algún punto, todos necesitamos.
Por otro lado, lo que ellos no sabían es que Gabriel estaba ideando un plan para ellos... Específicamente para Jeon.
—Exacto —le dijo al muchacho que estaba frente a él—. Sabes bien mi sentimiento de venganza así que lo pongo a prueba, al final esa sólo será una excusa para que termine como los otros.
Wow... espíritus malignos.
Puse mi imaginación a trabajar en este capítulo, JAJAJAJA no es nada impresionante pero es relevante para el contexto del libro, así que no piensen que es real xd.
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Angel of Death ➳ Jeon Jungkook ✔
Spiritual¿Pueden dos ángeles de la muerte enamorarse? Por supuesto que no. Esa era la ideología del arcángel Gabriel, quien condena a Jeon Jungkook para ser un ángel de la muerte de por vida, después de morir. Pasan los años y Kim Hana asesina a su padre...