18

281 17 2
                                    

La vida se trataba de tomar riesgos; muchas personas prefieren evitar tales situaciones y guardarse todos sus sentimientos o no cumplir su objetivo por el miedo. Por el condenado miedo a fallar, a no obtener lo que quieres, a recibir una respuesta negativa por esa acción, pero Jungkook dejó esa creencia de lado y arriesgó todo por ella.

En la azotea del edificio se podía ver perfectamente el melancólico cielo y las nubes silenciosas, que minutos después iban a estallar en ruidos sonoros. Ambos reposaron sus brazos en el barandal de metal y con los nervios de punta, por fin después de toda su vida, estaba por decir las palabras que para él siempre estuvieron prohibidas y que ahora quería liberarlas y demostrar que era un ser viviente con sentimientos. 

—Qué bonita vista —dijo Hana cerrando sus ojos para segundos después abrirlos y voltear ver a Jungkook y notar cierto nerviosismo en él—. ¿Estás bien?

—Hana, no sé qué pueda pasar en el futuro, pero yo... Te amo —dijo sintiendo cada palabra en su alma, cada palabra era procesada brevemente con un gran sentimiento de afecto que se podía oír a kilómetros de distancia.

La besó.

Sintió esos cálidos labios chocar con los suyos, ese sabor azucarado que los hacía dulces y suaves pintados de un rojo carmín. Exploraba la superficie de éstos que para él, eran los mejores que había probado aún sin probar otros, los mejores en suavidad aún sin tocar otros. Hana era la primera chica que había besado en sus largos años de vida. Pero el gusto duro muy poco, ya que sintió un fuerte e intenso ardor en su mejilla derecha y sangre corriendo por sus labios acompañado de un estruendoso ruido que era fácil de reconocer.

Hana lo había golpeado.

—¡¿Qué te pasa?! ¡¿Eres estúpido?! ¡Sólo me faltan 4 días para irme de aquí!

Pero ella tenía un miedo excesivo que la controlaba y decía cosas que nunca hubiera dicho ni perdiendo la cordura. Sentía un mar lágrimas estallar de sus ojos porque a final de cuentas ambos se querían, sólo que ella tenía mucho miedo y era un impedimento para decirle que ella también desarrolló sentimientos por él.

—Hana... —balbuceó dolido, su corazón dolía, sus sentimientos estaban heridos, que las lágrimas ya estaban cayendo por sus mejillas mezclándose con la sangre de sus labios.

—¡Bórrame! ¡Olvídame! ¡Toma todos esos recuerdos y olvídalos! —espetó Hana alejándose cada vez más de él mirándolo con esos ojos que eran irreconocibles para él.

—¿Cómo voy a poder olvidarte? —dijo Jungkook con un hilo de voz.

—¡Hazlo! Desde ahora tú y yo nunca nos conocimos, olvídate de mí, borra hasta los momentos más ordinarios que tuvimos.

—Hana, por favor. Yo te a-

Y su peor pesadilla apareció.

Esa de la que no podía escapar y lo atormentaba cada día, a cada segundo, en cada mínimo momento.

Gabriel.

Las nubes silenciosas se tornaron en truenos y relámpagos posteriormente pequeñas gotas de lluvia caían sobre ellos como si fueran diminutos cristales. El ambiente parecía una escena de película en donde ellos dos eran los únicos protagonistas quienes se miraban tan increíblemente sorprendidos uno al otro: Gabriel por ver a Jungkook romper las reglas que estaba estipuladas desde hace siglos y Jungkook con sorpresa al ver a Gabriel presenciando toda la escena. Todas las emociones eran negativas y ese mal carácter del pelinegro volvió aún estando con una aflicción emocional con el rechazo de Hana.

—Rompiste las reglas Jeon Jungkook...

El arcángel los había descubierto, cometió el peor de los pecados en el mundo de los muertos y eso Gabriel no se lo iba a perdonar. Su rostro se tornó pálido y sus lágrimas no cesaban, al igual que la sangre proveniente de su labio en donde recibió el fuerte golpe. Sin embargo, la palabra arrepentimiento nunca estuvo en el vocabulario de Jungkook.

Angel of Death ➳ Jeon Jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora