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El magnífico aroma a café predominaba en la oficina de Gabriel, incluso podía llegar a marear tus sentidos. De hecho, éste le ofreció una taza a Hana pero ella se negó.

El gran cristal que había al lado izquierdo era tan grande que se podía apreciar toda o la gran mayoría de la ciudad de Busan además del escritorio bien ordenado con pocos papeles y libretas. El mayor tomó asiento en la silla giratoria de su escritorio y ella en frente de él.

—Llegó un llamado para casos especiales como tú, así que quiero que asistas, sólo será por una semana, no es mucho tiempo. Tendrás una conversación con los grandes espíritus, la divinidad, entre otras personas. ¿Qué dices?

Hana detectó algo extraño en el comportamiento de Gabriel, no era aquel hombre que te penetraba con la mirada y que tenía un carácter fuerte sino un simple hombrecillo que hablaba con un tono de voz dulce. Eso era bastante raro.

—¿Qué tendría que hacer ahí? Digo, no me gustaría actuar indebidamente frente a grandes figuras espirituales.

—Quiero enviarte porque ahí aprenderás más acerca del por qué estás aquí. Te lo explicarán más a detalle y también servirá como una purificación para cuando regreses al mundo de los vivos.

—Ya veo.

Hana decidió no actuar precipitadamente, así que quería pensarlo con más detenimiento para responder estando consciente de las consecuencias. Por ende, pidió una pequeña prórroga que Gabriel aceptó con una condición.

—Lo único que te pido es discreción, ¿cuento con eso?

—Claro.

***

Salió de la oficina abrumada en pensamientos, la fría brisa se estampó en su cara moviendo su corto cabello de un lado a otro. Se fue a casa, ya que no quería seguir caminando sin un destino. Ahora, Hana había tomado una ruta diferente a la que usualmente tomaba, en ese momento su cabeza procesaba cada palabra dicha por Gabriel. 

Sintió terror cuando alguien agarró su antebrazo, un agarre suave y delicado en el que no sentía dolor. Se volteó y ahí lo vio con sus ojos achinados, sus labios esbozando una sonrisa que jamás había visto en él y se quedó hipnotizada de tan solo verlo.

—¿Qué haces por aquí? Es peligroso —le dijo Jungkook sosteniendo su brazo aún y observando a los alrededores.

—Quise tomar una ruta diferente. 

Hana moría por contarle a Jungkook todo lo que Gabriel le había dicho, pero prometió discreción, así que tenían que contenerse y no decirle nada. Por su parte, él notó la inquietud de Hana, estaba ansiosa y parecía tener una gran adrenalina dentro de su cuerpo. Asimismo, pensó que necesitaba desahogarse y por qué no darle su confianza.

—Te noto inquieta, ¿estás bien?

—Sí...

—¿Quieres ir a pasear?

—Está bien —aceptó al cuestionamiento de Jungkook.

Vagaban sin un rumbo fijo por las calles, cada respiración que daban salía humo de su boca. Llegaron a una zona verde donde la luz de luna se veía tan resplandeciente que querían verla a todas horas. Se sentaron en el suelo con un gran lago al frente y pequeñas luciérnagas volaban a su alrededor, esa lucecita color verde neón iluminaba aún más el lugar haciéndolo ver perfecto para ese par.

—Mira esto —Hana atrapó una luciérnaga con sus manos. Dejó salir al pequeño insecto y millones más aparecieron, creando líneas de color verde encendiendo la oscuridad de la noche.

Angel of Death ➳ Jeon Jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora