Al término de la junta, Yoongi decidió irse con Hyunjin con quien iba a compartir la casa asignada por Gabriel, así que en un par de horas iría a la casa habitada por Jungkook y Hana para recoger las pocas cosas que había dejado.
Todos se despidieron entre sí y salieron por el mismo pasillo por el cual entraron, subieron al elevador y marcaron el primer piso cuando Hana quiso molestar a Jungkook y le hizo una pregunta que lo dejo pensando.
—¿Me odias?
¿La odio?, se cuestionó él.
Tardó 25 segundos en dar una respuesta, que la había pensado y dicho con la verdad.
—No te odio —susurró mirando al piso del elevador que sentía que cada vez más las paredes lo oprimían y el oxígeno le hacía falta.
—Pareciera que sí.
—No me quiero ni a mí mismo entonces cómo podré querer a los demás. —dijo Jungkook soltando una risilla bastante inaudible, pero la realidad era todo lo contrario.
—Buen punto.
Ella trató de no darle importancia a la respuesta de Jungkook, sin embargo Hana estaba segura de que él tenía un buen egocentrismo, además de una buena autoestima, tal vez no la mejor pero sí una buena. Hana trataba de no sentir (al igual que Jungkook) algo por él, pero ambos ya no se odiaban como en un principio sino que habían adquirido cierto afecto por el otro al convivir juntos todos los días.
Y era cierto, Jungkook no odiaba a Hana, pero temía cometer el error del enamoramiento. Antes no lo daba importancia y vivía su vida relajada y tranquila. Ahora siempre se reiteraba el mismo pensamiento, ¿por qué? Porque Hana era bastante bonita, su actitud fue mejorando con el tiempo y eso le gustaba a Jungkook.
Ahora fue su turno de preguntar y a Hana la dejó pensando.
—¿No quieres ser un ángel de la muerte?
Tardó 12 segundos en responder, segundos que a Jungkook se le hacían eternos.
—Tengo asuntos pendientes en el otro mundo, tampoco quisiera pasar toda mi vida aquí.
—Entiendo —dijo bajito, muy bajito que Hana tuvo que procesarlo tiempo después.
Por más que ambos evitaran en pensamiento del amor, más los pensaban. Por más que evitaran pensar uno en el otro, más lo hacían. Porque después de todo, el amor es un sentimiento que tarde o temprano necesitamos y Jungkook lo necesitaba, Hana lo necesitaba, ambos lo necesitaban. Pero eso estaba prohibido.
Al llegar a casa ninguno de los dos cruzaron palabra. Era como un resentimiento que tenían por esas simples preguntas que a ambos los dejaron pensando.
¿Realmente la odio?
¿Realmente quiero irme del mundo de los muertos?
Ambos se encerraron en sus habitaciones, Jungkook se cubrió con todos los edredones que tenía por el frío que se colaba a través de su ventana y Hana se cubrió con el único y exclusivo edredón que Jungkook había comprado hace mucho tiempo y estaba guardado, por los que decidió dárselo.
***
—¡Hana!
—¿Qué? —dijo adormilada la chica estando sentada en el sofá.
—Ya me voy, te veo luego —el sonido de las llaves se escuchó por toda la zona, abrió la puerta de madera y se fue a continuar con su labor de todos los días.
Dio un suspiro tratando de despertar a su cerebro, se levantó del cómodo sofá que hacía que todo su cansancio se disipara y subió a su habitación para arreglarse para salir a guiar a los espíritus. Con este trabajo, ella cayó en cuenta de la gran cantidad de gente que muere a diario, ya sea por distintas razones, pero no se puede hacer nada.
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Angel of Death ➳ Jeon Jungkook ✔
Spiritual¿Pueden dos ángeles de la muerte enamorarse? Por supuesto que no. Esa era la ideología del arcángel Gabriel, quien condena a Jeon Jungkook para ser un ángel de la muerte de por vida, después de morir. Pasan los años y Kim Hana asesina a su padre...