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"Un objeto no necesita ser tan grande para tener gran masa. Esa chica, tan pequeña como una violeta. Esa chica, a la deriva en el cielo como los pétalos de una flor me atrae a ella con una fuerza mayor de la que ejerce la tierra. En un sólo momento me caí y rodé hacia ella sin rima ni razón como lo hizo la manzana de Newton.

Con un golpe.

Con un golpe-golpe.

Mi corazón saltó desde los cielos hasta la tierra en un movimiento pendular vertiginoso. Tal fue el momento cuando me enamoré por primera vez."

La lluvia caía del cielo como pequeños cristales que iluminaban el entorno, la brisa que caía como un manto era fría ya que seguían en época de invierno donde las calles estaban decoradas alusivas a la temática. Las calles de Washington D. C eran simplemente hermosas, y las personas transitaban de un lado para otro haciendo las típicas compras navideñas, aunque todavía faltaban unas semanas para navidad.

Ambos se bajaron del taxi, caminando por la acera hasta llegar al hotel donde estaban hospedados por un par de días debido a cuestiones laborales. Habían viajado desde Busan a Estados Unidos por algunos inconvenientes en el reciente proyecto de la pelirroja. Tan sólo de haber pasado cinco meses desde que se volvieron a encontrar tenían una buena comunicación, peleaban muy poco por sus diferencias de opinión, sin embargo se reconciliaban como personas civilizadas. Asimismo, habían estado viviendo en el departamento de Hana quien encontró un vacante en la empresa en la que actualmente estaban trabajando, así que tenían comunicación la mayor parte del día.

Al entrar a la habitación el olor a café llegó a sus fosas nasales al entrar a la habitación, a pesar de que era exquisito, era muy intenso y fuerte para ellos, sobretodo para Hana quien hizo una mueca al entrar a la habitación pero recuperó en segundos la compostura.

—Hana, vuelvo en un rato —dijo Jungkook dejando las bolsas de lo que habían comprado en el suelo.

—Pero, acabamos de llegar —ese tono de confusión se hizo presente en la voz de la pelirroja.

—Vuelvo en un rato —repitió él y salió la puerta de la habitación igual que del campo visual de Hana.

Y es que no era la primera vez que Jungkook hacía eso en su estadía en la capital de Estados Unidos.

Confundida, terminó de guardar las cosas que habían comprado en un centro comercial, entre ellos: ropa, comida, cosas innecesarias como aromatizantes, algunas botanas para comer mientras no estuvieran haciendo nada, etcétera. Hana se dejó caer en la superficie de la cama maquinando hipótesis acerca de las repentinas y súbitas idas de Jungkook a lugares donde Hana no estaba enterada.

Ahora, ella no sabía qué estaba pasando con Jungkook, eso le parecía bastante confuso, sin embargo prefería no saberlo, ya que la respuesta le aterraba.

***

El timbre de la puerta del hotel sonó, Hana miró la puerta algo extrañada y cuando la abrió estaba un joven de piel pálida con una sonrisa, portaba una camisa color blanco con un pantalón de vestir negro y su pelo se veía sedoso y suave color castaño.

—Buenas tardes, señorita —hizo una leve inclinación hablando con un perfecto acento estadounidense—. Se le solicita en recepción, hay una sorpresa para usted.

—¿Para mi? —se señaló ella misma con su dedo índice.

—Sí, necesito que me acompañe.

Con algo de confusión salió del cuarto dejándose guiar por el joven. Subieron al elevador hasta llegar a la recepción, donde todo se veía relativamente normal, nada extraño, nada fuera de lo común. Después ese joven se fue a hablar con su superior, hasta que regresó donde Hana. Salieron a la calle donde la brisa fresca pegó en su rostro y sus cabellos volaban, aún estando acompañada de aquel muchacho. Caminaron dos cuadras y giraron a la derecha y justo ahí había una puerta de vidrio con microperforado que impedía ver hacia adentro.

Angel of Death ➳ Jeon Jungkook ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora