Capítulo 10 - No me dejes solo.

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Capítulo 10 — No me dejes solo.

El mapeo fue rápido y fácil esta vez. Ahora se encontraban cerca de la chica, eso querían pensar. La calle estaba cubierta de nieve, pero no en su mayoría, el sol no se notaba y el frio se escurría en sus cuerpos. Estaban en la entrada de una vivienda, los coches estacionados les servirían para esconderse detrás de estos.

— Escuchame bien Alex, esto lo tendremos que hacer rápido pero muy bien planeado —dijo Leo mientras caminaba agachado y se acercaba a un automóvil.

— Entiendo, pero ¿Cuál es? — Preguntó.

— No lo sé — susurró su compañero mientras se aguantaba la risa.

— Carajo Leo.

— Bueno, exactamente no sé cuál es, estoy entre esas dos — Señalaba con su mano las dos casas que estaban más próximas a ellos.

— ¿Y a cuál iremos primero?

— He ahí el dilema viejo, cada uno ira a una, y nos veremos aquí en unos minutos. ¿Va?

— No estoy muy convencido, pero lo hare, ah ¿qué tengo que buscar? —Alex tomó un sorbo de agua.

— ¡Mmm, a la chica a quien más! —susurró—. Y su archivo, pero mejor a la chica, que no se escape. Si ves a otra persona, no hagas nada sólo regresa. Yo iré primero a la más cerca, tú ve a la otra.

Ambos se marcharon a su destino, Alex fue tras de Leo y luego avanzó a la casa. Se escabulló por la casa y saltó una pequeña reja para ir por el pasillo. Caminaba sigilosamente hasta que llegó a una ventana, alzó la mirada para ver el interior de la residencia. Estaba completamente vaciá, o eso parecía, no había movimientos ni ruidos.

"Tengo que investigar más" Pensó Alex

Tuvo que avanzar más hasta el punto de estar atrás de la casa. Esta era de un solo piso, y no había notado ni una sola presencia. Caminó hacia la puerta, indeciso en entrar o no.

"Técnicamente solo entraré a echarle un vistazo, no es como si robara" pensó.

Puso fin a su dilema de un momento a otro. Tomó la manija de la puerta y la giró, entró sigilosamente. Caminó despacio por un pequeño corredor, estaba oscuro, trataba de no hacer ruido pero la madera debajo de sus pies crujía cuando más lo intentaba hacer.

Llegó a la primera puerta y la abrió, hecho un vistazo, pero sólo era el baño. Siguió caminando hasta toparse con otros dos corredores, tenía que decidir hacia dónde ir. Dobló hacia la derecha y llegó hasta toparse con la puerta que había al final. La abrió y era una habitación, contaba con lo necesario: una cama y algunos muebles, además de un escritorio. Antes de salir algo llamó su atención, se notaba que alguien había estado ahí hace unos minutos, no sabía por qué sentía eso.

Decidió salir de la casa, pero antes de llegar a la salida sintió un fuerte golpe que lo dejó tirado en el piso, vio la cara de la chica antes de desmayarse, era muy linda pero ruda a la vez, su pelo era castaño, sus ojos eran azules como el mar, azules como si no fuera de este mundo, ese fue su ultimo pensamiento antes de caer rendido. "Es como si no fuera de este mundo"

***

— Me llamo Patrick y me quedaré contigo si quieres, no temas que yo te protegeré... soy de los buenos amigo.

Hablaba tan seguro y delicado con aquel niño desprotegido. El chico asintió sin decir palabra alguna. Patrick tomó una cobija, lo tapó, y lo cargó para sacarlo de su habitación.

Alex no quiso ver lo que había pasado en su casa, abrazó a Patrick mientras bajaban las escaleras, pero no se resistió y vio hacia el suelo buscando a sus padres pero no estaban. Había algo raro, apenas se notaba la sangre en el lugar.

Unos policías hablaban, él sabía que sus padres habían muerto, pero ignoraba quien los había matado y lo que le intrigaba aún más, era el lugar en donde viviría a partir de ahora.

— Los dos murieron, sólo quedó el chico.

— Shh, ahí vienen.

— Pobre chiquillo.

— Si, pero lo protegerán, tengo entendido.

— ¿Quienes?

— El servicio secreto.

— ¿Acaso sus padres eran muy importantes?

— Tal vez, porque se llevaron los cuerpos unos agentes muy extraños, Y hasta el capitán llegó, nos dijo que el caso lo investigaran los federales.

— ¿Y entonces que haces aquí?

— Me dejaron encargado, nadie entrará cuando se vayan todos.

— ¿Y a donde llevaran al chico?

— Eso es confidencial.

— Mmm oye por cierto ¿cómo te llamas? no te había visto antes patrullando. ¿Eres nuevo?

— Humm pues un tanto, puedes llamarme Bale.

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