Capítulo 29 - Verdades Parte 1.

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Capítulo 30 — Verdades Parte I.

Se oyeron más disparos, eran los francotiradores que le habían dado a Marco que caía muerto. Megan abrazaba al cuerpo sin vida de Draxler. Estaba en shock, no paraba de decir que despertará. No podía creer que estuviera muerto.

—Te quiero Draxler, no te vayas, no Draxler no me hagas esto. ¡Noooooo! Te quiero, te quiero, te quiero. ¡No mueras, Por favor!

Bastian estaba siendo sujetado por Patrick. Todo seguía pasando muy lento.

Alex parpadeó y todo había cambiado.

Bale estaba en el suelo, Patrick estaba siendo azotado por José que lo tomaba del cuello, a los chicos alfa no los veía. De seguro Fev había detenido el tiempo por un momento. Aunque todo seguía pasando muy lento.

Alex seguía en el suelo, veía todo lo que sucedía. Walls sujetaba a Megan para que se vaya y se ponga a salvo.

Le gritaba, pero Megan no le hacía caso.

Del otro lado José caía. Patrick lo había matado, tenía sangre en la ropa, volteó a ver a Alex. Ya no quedaba nada que se interponga entre sus otros amigos. Leo y Fev.

Supuso que Leo debía de estar herido del hombro, que Walls le habría disparado. Fev ignoraba que pasaba con ella.

Alex se levantó y estaba decidido a entrar, pero todo seguía extraño, ahora le dolía la cabeza, se sacudió y sintió que todo volvía a la normalidad o en realidad seguía igual, sólo que Alex lo percibía de distinta manera.

Patrick se acercaba corriendo hacia él. Megan estaba junto a Walls y Draxler a unos metros cerca de donde estaba. Fue con ellos antes de entrar. Megan lo vio y después Walls, éste lo empujó para que no se acercara completamente a ellos. Sabían que Alex se iba a ir con sus amigos. Sus verdaderos amigos.

—¡Vengan conmigo, vengan... los dos, confíen... en mí! —su voz se escuchaba quebrada. Megan lo miró con desprecio.

—¡Por favor. Megan, Walls háganlo!

—¡Te mataría ahora! pero creo en algo más allá de tu comprensión. Te dejaremos libre, haz lo que quieras, pero te juro que la próxima vez que te vea te mataré.

— ¡No! No digas eso, ven conmigo Megan, ¡por favor háganlo! —suplicó

— ¡No me llames Megan!— gritó mientras lloraba por la pérdida de su amigo.

— ¡Vete Alex, no iremos contigo! Lo Interceptaré — señaló a Patrick.

Walls aunque había perdido a sus amigos, estaba firme. Ya que no podía perder los estribos, se lo debía a su sargento. Necesitaba ser su apoyo ahora que sólo quedaban ellos dos.

—Sólo porque eres un amigo para nosotros lo hacemos, pero hoy se acaba esto. La próxima vez que te veamos ya te lo dijo la sargento. No habrá otra oportunidad.

Alex dejó de suplicarles, asintió a sus palabras e hizo caso a lo que le dijo su amigo. A pesar de todo eso eran para él; sus amigos.

Corrió para entrar a la casa, era enorme, se detuvo un momento para revisar todo aunque lo hizo rápidamente se percató de las fotos además de que en la pared había una pintura enorme de él junto a sus padres. Era la casa de ellos lo sabía.

La casa de sus padres.

Escuchó un leve quejido en la parte de arriba y mapeó. Era un corredor y al final; una habitación.

Fev se encontraba en el suelo herida, apoyada en la pared cerca de la habitación. Con sus manos tenia agarraba su pierna, al parecer le habían disparado, había sangre en varias partes. Hacía presión para tratar de parar el sangrado, estaba sudando y se veía demacrada. Su cabello estaba revuelto y la suciedad estaba plagada en todas las partes de su cuerpo. Su rostro tenía sangre. Ella notó la presencia de Alex y volteó a verlo.

Alex iba a ser el primero en hablar, pero algo lo detuvo.

Se escucharon dos disparos y se le rompió lo poco que le quedaba en su interior.

Lágrimas se asomaban de sus ojos. Miró a Fev alarmado, vio sus ojos llenos de tristeza y dolor. El azul del mar en ellos se había esfumado. Aun cuando su rostro estaba lleno de sangre una luz brillaba en sus ojos.

— Espero y lo entiendas. Esto tenía que pasar Alex.

— ¡¡¡No, no, no tú no!!! —dijo repitiendo las palabras. Las lágrimas recorrían su rostro— ¡No digas eso!

Vio como lentamente sus ojos estaban por cerrarse. Supo lo que haría; detendría el tiempo.

— ¡Nooooooo! ¡Fev! —gritó frenéticamente escupiendo saliva, aunque no sintió nada, algo había cambia, ella ya no estaba.

Derribó la puerta, primero la empujó y después dio patadas estaba fuera de control.

Al entrar sabía lo que iba encontrar, pero no se detuvo, derribó la puerta mientras moría de dolor era el dolor más fuerte que había sentido incluso más fuerte que el saber que Patrick lo había engañado, ya que eran sus amigos los que le habían causado ese dolor tan grande.

Recorrió la habitación, había una cama matrimonial y en ella; dos cuerpos.

Estaban cuidadosamente acostados, con los ojos cerrados, en señal de respeto y ahí lo supo.

Eran sus padres.

Después de todo lo que había pasado, de todos los riesgos por fin se encontraba con ellos, pero ya no tenía caso ahora estaban muertos.

No aguantó el dolor en su corazón y en su alma. Cayó hincado. Llegó hasta ellos y tomó ambas mano de sus padres. Era un mar de lágrimas.

—¡Lo siento, lo siento no llegué a tiempo!

Lucían diferentes a comparación de la última vez que los había visto, pues los años habían pasado. Lloró y gritó de nuevo tan fuerte que estaba desgarrando sus cuerdas vocales.

— ¡No, no, no! — se decía a si mismo. Su rostro reposaba en sus padres que yacían muertos en la cama con dos balas en el cráneo. No había mucha sangre supo que sus muertes fueron rápidas y sin dolor. Reflexionó buscando una respuesta, ¿Por qué no habían hecho nada para salvarse? ¿Por qué no gritaron? Llegó a la conclusión de que a lo mejor, ellos sabían que tenían que morir, ya que todo estaba acomodado y no había señales de lucha. Se levantó y se limpió el rostro.

Miró a su alrededor con la esperanza de encontrar algo que le aclare todo. Buscó en varios lugares de la habitación, había un lugar en donde no había revisado. Era un buró, en el además de libros había una carta encima.

Se acercó a ella rápidamente. Estaba torpemente doblada y vio que fue escrita muy rápido.

La leyó.

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Perdóname amigo, pero así tenía que pasar. Es la manera de vencerlos. Lamento haberte ocultado cosas. Tengo la esperanza de que algún día me perdones.

Lo hice por el bien de todos... inclusive el tuyo.

No veo el futuro, vengo de él.

Leo.

Guardianes Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora