Capítulo 3 - Únete y obtendrás respuesta.

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                 Capítulo 3 — Únete y obtendrás respuesta.

¿Cuánto tiempo había pasado? Lo suficiente para sentirse bien —aun con dolores—.

Bajó de su habitación, pues tenía demasiada hambre y se sentía deshidratado. Patrick estaba en la sala, cuando vio a Álex bajar, dio una media vuelta hacia él mirándolo, Patrick era muy joven como para tener la edad 30 años, era esbelto y de complexión atlética, Álex ya se había dado una ducha y ahora se veía como nuevo, salvo que aún tenía dolores en el cuerpo.

— ¡Álex!, ¿No fuiste a tus clases hoy? —dijo sorprendido, se le notaban las lágrimas queriendo salir de sus ojos.

— Me quede dormido —mintió Alex, en el fondo quería decir la verdad, explicarle lo que había ocurrido.

Patrick era como un padre y un hermano fusionados en una misma persona, él era su guardián desde que tenía memoria. Un agente al cual, se le dio órdenes para proteger a Álex después de la muerte de sus padres. Según lo que le habían dicho a Álex, Patrick cuidaría de él como si fuera su padre.

— ¿Te ocurre algo? —preguntó Patrick—, Sabes que puedes contarme todo Álex —sus palabras salieron entrecortadas. Patrick se levantó del sillón y caminó hacia él.

— No, es solo que... —Alex no supo cómo seguir, así que dio una excusa —, estoy muy cansado, quiero desayunar y quedarme en casa —dijo, quiso seguir hablando con Patrick, pero decidió ir a la cocina a desayunar.

Se sirvió un tazón de cereal con leche, luego tomó una manzana del centro de la mesa devorándola muy rápidamente, tanto como para agarrar otra. Se rascó la cabeza, él quería decírselo a Patrick, pero no sabía la manera de hacerlo.

Caminó hacia Patrick que ahora se hallaba sentado sobre el sillón de nuevo, ahora estaba muy cómodo leyendo el periódico del día. Entonces se le paso por la mente el accidente de nuevo "¿Patrick lo sabía?" Se preguntó. Era seguro que sí, él era un agente de policía, ¿cómo no iba a saberlo?

— Patrick, ¿Supiste lo del accidente del cruce? —preguntó.

— Claro que sí, no te quería decir, pensé que no te habías enterado de nada. Toda la región lo sabe —Sus palabras ahora resultaban más calmadas—, me alegro que no hayas tomado el autobús este día —Respondió Patrick, Álex Quiso soltarle todo a su guardián, pero se contuvo nuevamente.

— Pensé que estabas en el autobús, Álex, te llamé y no contestabas. Hasta que regrese a la casa, toqué la puerta y solo me gruñiste, supe que te habías quedado dormido —Sabía que debía decirle todo a Patrick, después de todo él se preocupaba por Alex, y a este último, guardarle secretos.

—Necesito hablar contigo Patrick, pero ahora tengo que salir, debo aclarar mi mente y ordenarla, ¿me entiendes? —Dijo Álex mirando a los ojos a su guardián.

—Si Álex, sólo ten cuidado, ¿entendiste?, aquí te esperare, tus problemas también son los míos, no lo olvides —aunque las palabras de Patrick eran de apoyo, el modo de decirlas transmitían temor y angustia.

Álex asintió a la pregunta, mientras se ponía una chaqueta encima de la playera que traía puesta

—Nos vemos al rato —dijo mientras cerraba la puerta y se despedía de Patrick.

*********

Caminó por unas dos horas sin rumbo fijo, haciéndose preguntas y tratando de responderlas por sí mismo. Repasando de nuevo lo que había ocurrido. Sabía quiénes subirían al autobús, que desviarían el autobús por otra ruta para retrasarlos.

Todo encajaba, en lo que había pensado, él había vivido ese día. Pero no con lo que ocurrió después de las explosiones, el debió morir. Este era el primer acertijo, el cual no tenía solución.

Tomó el camino de vuelta hacia su hogar, compró un helado, que acabó inmediatamente. Al llegar saco las llaves de su chaqueta y abrió la puerta; algo había ocurrido, todo el lugar estaba destrozado, los sillones estaban tirados al igual que las sillas, la mesa de cristal estaba hecha pedazos, miró hacia abajo y sobre el piso de madera había algo que lo hizo sobresaltar.

Había sangre.

Corrió por todos los lugares del piso de abajo tratando de encontrar a su guardián. —¡Patrick! —gritaba una y otra vez. Subió al segundo piso revisando las habitaciones, pero no había rastros de él, solo quedaba un lugar en donde pudiera estar, el estudio de Patrick, era un sitio prohibido para Álex, pero no le importó, deseaba encontrar a Patrick, tanto que se saltó esa regla, entró al estudio de Patrick y vio papeles regados sobre el piso hechos bolas, y debajo del escritorio, tratando de averiguar algo escondido.

Una persona.

Era un chico, estaba de espaldas, quería ir hacia él y golpearlo, el chico no había notado la presencia de Álex hasta que dio unos pasos hacia adelante, la suave madera del piso chilló, haciendo voltear al extraño. Era muy joven de unos 16 o 17 años a lo mucho. No más alto que él, tal vez, 1.70. Se veía demacrado ya que parecía que no hubiese dormido durante días; su pelo, estaba hecho un asco, aunque era joven; al verlo muy bien, parecía demasiado viejo.

Álex dio unos pasos hacia él muy lentamente, el chico parecía un poco sorprendido, no decía ni una sola palabra, sólo lo miraba a los ojos, tenía unos ojos verdes con rastros de sangre dentro de ellos, y una mirada muy profunda. Tal como si fuese un gran abismo.

Álex seguía dando pasos hacia él, hasta que el joven habló.

— ¡Detente!­ —dijo apuntándolo con los dedos—, ¡hasta ahí quédate!

—¿Quién eres? ¿Y qué haces aquí?, ¡Esta es mi casa! así que tú obedéceme y responde.

—Claro, claro —dijo el joven mientras bajaba las manos y seguía buscando en el escritorio. Alex posó sus ojos en lo que estaba haciendo. ¿Qué buscaba? Un compartimiento secreto, brotó de aquel viejo pedazo de madera, adentro se hallaba una carpeta, el chico la tomó con la mano y la abrió, miro a los ojos a Álex y hablo con él.

—Me llamo Leo, y vine aquí por esto— dijo mientras alzaba la carpeta con la mano.

— ¡¿Por qué mi casa esta así?!, ¡¿Dónde está Patrick?! —Se sentía la ira de Alex en cada palabra.

Se acercó hacia Leo y le asestó un golpe en la cara, Leo sólo sonreía, no sintió nada. Se acercó a Alex y le dio una patada, haciéndolo caer. Le dio otra patada en el estómago, ahora Álex estaba tan adolorido, le dolían las costillas. Giró y con sus piernas hizo caer al chico, se levantó inmediatamente y se abalanzó sobre él, se subió y le dio dos golpes en la cara. Leo se enojó así que le dio un cabezo tirándolo a un lado y, antes de que uno reaccione para seguir con la pelea, Álex levantó las manos y dijo:

—Está bien vale. Tú ganas, pero respóndeme.

— Ok, Mira no sé lo que paso aquí... viejo, cuando llegue todo estaba así, no moví nada porque yo, sólo venia por una cosa y es esto —dijo señalando la carpeta.

—mmm, si es verdad lo que me dices, entonces, ¿Quién hizo todo este desorden?

­—Quizá ellos los estén buscando a ambos.

—Ellos, dijiste ellos ¿Quiénes son ellos?

— Localizadores viejo, y créeme. No querrás que te encuentren —Leo se notaba muy serio en lo que decía y eso empezaba a asustar a Álex, el cual simplemente sólo quería saber dónde se encontraba Patrick, pero la carpeta le causaba curiosidad.



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