Nayeon reprimió un grito, en el primer instante imaginé que saldría corriendo, el tazón por los aires junto a la cafetería repleta desternillándose de risa sin embargo, Im Nayeon, era Im Nayeon y a veces tenía la vaga sensación de que sus amígdalas, esas que le permitían sentir (estar asustada más bien) eran pequeñísimas, o inexistente como en el caso del chico en esa increíble novela ¿Cómo era su nombre? Ah, sí, Almendra de Won Pyung Sohn, el caso no era tal, puesto que la chica había llorado unas dos veces en el pasado, la primera en el jardín, la segunda en la escuela elemental: cuando su mamá no vino a la obra donde ella quería ser Blanca Nieves y ni bien el problema que Yerim se había creado sola, la segunda fue cuando se raspó las rodillas. La castaña era explosiva y se enojaba con facilidad (a excepción de los últimos años, pese a que había aprendido a controlarse) así que el punto no era Nayeon como alguien que no sentía nada, era solo Nayeon tratando con desespero de evadir lo que sentía.
Sin embargo, en esa ocasión cuando el mundo se calló y se congeló, ella no corrió, lo enfrentó y todo ocurrió tan rápido que Seok Jin no tuvo la ocasión para tomarla por el brazo y frenarla, ni yo de sorprenderme lo suficiente, la chica sostuvo con fuerza ostensible los palillos hasta que sus puños se volvieron blancos aún así no se rompieron, los empuñó cuando giró en redondo sobre la banca metálica resultando ser pues de manera impredecible, embistiendo con un arrebato que resultó ser letal, Yerim tenía una expresión abismal, estaba sumida en ella misma como si por un período extenso se perdió, yo ya sospechaba de ella, solo un poco, pero estas estaban ahí... de no haber sido por Roseanne quien apartó como si de un guarda espalda se trata a Kim el ojo de la rizada hubiese tenido un grave accidente.
Los palillos se hundieron en la carne de su palma de manera inviable, parecía todo sacado de una película se ciencia ficción basada en un libro de Stephen King, la madera se hundió en su mano y cuando las piezas cayeron en desorden, una gota de sangre brotó de esta. Los ojos de Nayeon recuperaron la cordura, una que había perdido antes de saberlo, antes que de Jin actuara, su expresión no era de insólita furia capaz de matar, era de sorpresa y arrepentimiento al ver herida a la persona que no lo merecía, atrás Yerim la observaba con una sonrisa desquiciada, a pesar de que el término "desquiciada" era lejano para el verdadero vacío que emitía su gesto, los ojos de Anne se humedecieron, los pequeños ojos en forma de almendra estaban abiertos con repleto dolor y lágrimas a medida que su mano se apoyaba en el pecho de Kim.
-Rose- inicia Jin poniéndose de pie, yendo hacia ella sin embargo, al encontrarse en el hartazgo de su amiga la víctima y su gran amor la otra víctima de una loca, no sabía de que manera consolarlas, así que no se movió ni un ápice más, se quedó a varios pasos de ambas, yo imité su acción poniéndome en pie, en el transcurso que me moví pareciéndome movimientos pesados con gran distancia, divisé a lo lejos a Hoseok quien se puso en pie observando con desconcertante intriga el hecho fatídico aunque todos nos miraban, su mirada fue la que busqué.
-Nayeon- le digo a mi amiga quien no ha reaccionado, sé en el fondo que está profundamente arrepentida, pero no sabe la forma de comunicarlo en ese preciso momento, Yoongi aparece penetrando en la esfera cegadora de desconcierto, ajeno a los otros cuatro, Im ha retirado el arma inofensiva, toma del brazo a Yerim, la sangre brota de la palma de Rose, las lágrimas descienden sin haber sollozos, Kim ni siquiera se remueve y por otro lado la cucaracha probablemente ya ha muerto.
-Annie...- la llama Im, los palillos caen con estruendo en el piso de la cafetería, la atmósfera se rompe, le silencio que reinaba es inundado con los murmullos de todos, Lia corra hasta donde ya hacemos, posa sus manos en los hombros de Park, llevándola fuera de la cafetería directo a la enfermería, Nayeon presiona sus manos en puño, en lugar de derrumbarse, se mueve en automático, caminando sin ver a nadie detrás de Choi, aunque sabía que ella no iba a ver a la rubia mal herida, se iba para ocultarse del resto, Jin se mueve por mera inercia detrás de ella, yo le doy un último vistazo a la cucaracha muerta para posterior apretar el paso, siguiéndoles.
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A mis diecisiete [Hopemin]
FanfictionEl sistema educativo de Seúl mejor conocido como el más exigente capaz de decidir el valor personal por unos simples números, convierte a los estudiantes en una máquina de defensa competitiva que, a ultrajante, se vuelven unos contra otros, estresad...