Al llegar a casa me encontré con mamá en la sala de estar mientras sus pies descansaban cómodamente sobre la mesa de café, estaba envuelta en una suave bata acolchada, sus anteojos yacían cubriendo sus ojos y en su regazo había una gran montaña de papeles.
-¿Temporada de exámenes?- le pregunto luego de haberme quedado varado en la entrada en medio de un resoplido burlesco, ella alza la cabeza y de este modo la inclina más de lo que debe hacia abajo para poder mirarme a través del cristal de sus anteojos.
-No, pequeño duende- me dejo caer pesadamente en el sofá grande a un extremo de donde ya descansa mi progenitora, sopeso la tranquilidad de la estancia, así que sin que ella me lo diga descubro que Rumau ha sido alimentado -Son trabajos, ya sabes, en la universidad hay más esclavitud- le doy una sonrisa nerviosa junto a un sonido que se asemeja a la risa, ella no se inmuta por el contrario baja la mirada para observarme por debajo de sus lentes, de inmediato guardo silencio, permito que los segundos transcurran en la comunidad del silencio, trato de pensar en un palabra, en un libro, o una cita para distraer mi mente de la presencia de mamá, no quiero estar ahí, pero no puedo irme, porque debo decir algo, debo confesar algo de lo cual no tengo la menor certeza, suspiro pesadamente, poso mis manos sobre mi regazo observando mis dedos, ni siquiera me di la tarea de deshacerme de la mochila en mi espalda, por poco logro escuchar una interrogante que no llega "¿Tienes algo que decirme?" por parte de mamá, o un "Ya sé que tratas de decir, y, no me parece correcto" sin embargo, la adulta parece ni siquiera inmutarse, está ahí sentada revisando los exámenes, entre tanto yo me hundo en conclusiones.
A veces las respuestas que obtenemos de nuestro interior son erróneas, por esa razón, debemos hablar.
-Mamá- inicio -¿Qué significa si alguien que creías gustar de ella, dejar de gustarte?- me cuestiono si fueron las palabras correctas, si la pregunta ha sido elegida con suficiente minuciosidad.
-¿Si de repente ha dejado de gustarte?- reitera mi pregunta, pero de una manera más simple, sin tantos adornos ni demasiados colores, asiento -Eso quiere decir que nunca te gusto.
-N-no, a mí no...- balbuceo nervioso, aflojo mi corbata y me enfoco en mantener el control... ese control no que no es posible tener en todas las ocasiones -Pero- busco desesperadamente ordenar mis ideas, al encontrarme en el hartazgo de que no hay ninguna salida a no ser la verdad, sin filtros -Si gustabas de esa persona viéndola de lejos, pero una vez que estás cerca de ella...- suspiro abatido por mis emociones.
-Entonces esa persona era hermosa para ti mas no un amor.
-¿Es posible eso?- cuestiono en un medio susurro.
-Oh, sí, no con todas esas personas bellas que ves en alguna parte por casualidad te gustan, las personas tienen hermosura por naturaleza, en algunos casos tienes deseos de sentarte a mirarlos o sencillamente giras en repetidas ocasiones tu rostro para poder encontrarte con el del otro, porque son hermosos y es un placer mirarles, pero no tienes deseos de estar con ella. Es parte del ser humano, se llama apreciar- alzo mis cejas comprendiendo las palabras, me siento como un niño pequeño, quizás a la postre tener dieciséis no se trataba del máximo entendimiento, en la adolescencia a penas se están construyendo las respuestas, porque antes, necesitamos experiencia para poder comprender las circunstancias.
Y comprendernos a nosotros mismos.
Me pongo en pie sin decir nada más dirigiéndome hacia mi habitación donde me encontré con Rumau, descansando al pie de la cama, desparramé los cuadernos sobre el escritorio blanco sin la fuerza de quitarme el uniforme y me dejé caer pesadamente sobre la silla acolchonada, posé mi mano en la nuca dando algunos movimientos giratorios en mi cabeza posterior escuché tronar las vértebras de mi cuello al menos dos veces, busqué a tientas el cuaderno de matemática, lo abrí y ahí estaban esos condenados ejercicios los cuales no había entendido una reverenda mierda, cómo era posible que existiese tanta crueldad y tan poco entendimiento.

ESTÁS LEYENDO
A mis diecisiete [Hopemin]
FanfictionEl sistema educativo de Seúl mejor conocido como el más exigente capaz de decidir el valor personal por unos simples números, convierte a los estudiantes en una máquina de defensa competitiva que, a ultrajante, se vuelven unos contra otros, estresad...