Capítulo 15.

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-¿Qué está sucediendo?- interroga mamá con la confusión delatadora en todo su rostro.

-Hay que llevar a este chico a casa porque se ha perdido- le respondo con mas sarcasmo del que pretendía.

-¿Qué?- se gira rápidamente -¿Te has perdido?

-No, señora- le responde diplomáticamente -Es solo que hay un asunto pendiente con su hijo- sin poder contenerme, una pequeña risa irónica se escapa de mis labios.

-Entiendo ¿Dónde vives...

-Jung Hoseok.

-Oh, por casualidad ¿Eres hermano de Jung Dawon?- pregunta despectivamente mamá, sin siquiera poder refrenar mi gesto rápidamente lo observo, el chico guarda silencio por un período corto de tiempo.

-Sí, es mi hermana mayor- le dice, me giro sobre mi lugar en el asiento del copiloto, hay una sonrisa irónicamente tímida, cuando estoy seguro de que se quedará callado, continúa hablando -¿Cómo es que usted la conoce?

-Oh, soy docente de filología en la universidad nacional de Busan, así que...

-Ella se licenciará en filología, lo comprendo ahora- la corta de tajo, mamá asiente con una sonrisa, comprendo de inmediato que la necesidad que tiene Jung para tajar a las personas no era solamente un inconveniente con Choi Lia, él era así, cierro mis ojos y me contengo de maldecir, mas tarde el castaño le da la dirección a mamá, esta nos lleva y en menos de diez minutos yace estacionada delante de la casa del joven.

Hoseok le agradece con bastante diplomacia, casi soy capaz de eliminar el ideal que tengo sobre él de un chico prepotente y egocéntrico, antes de que él pueda bajarse de la camioneta me apresuro rápidamente y bajo antes, ya estoy fuera del auto cuando él lo desborda y pronto nos estamos dirigiendo a la entrada de su casa, con la sensación de que es absolutamente irreal me descubro a mí mismo despreocupado hasta que penetro en la estancia.

Al abrir la puerta con lo primero que se lograba deslumbrar era con una bonita sala de estar la cual se encontraba en medio de la oscuridad, las sensaciones subieron por mi columna vertebral hasta mi nuca, donde la carne se volvió de gallina, el chico se movió para poder llegar hasta el interruptor y así darle energía a todas las bombillas de la habitación.

-¿E-estarás solo?- me las arreglo para no titubear deseando que los enunciados salgan completos y convincentes sin embargo, una vez en la solitaria estancia con Jung Hoseok, no era capaz de articular correctamente lo que pretendía expresar.

-A como puede verlo- moderamente se acerca hasta mí, yo doy varios pasos hacia atrás hasta estrellar con suavidad mi espalda contra la pared, el muchacho sonríe con picardía, siento mis mejillas quemándose, cuando estoy a punto de moverme hacia la izquierda el castaño estira su mano, escucho el click de un interruptor y prontamente la luz del pasillo se ilumina -No vayas a ahogarte- bromea, velozmente me muevo colocando la distancia que más pueda entre nuestros cuerpos, aspiro profundamente de manera fortuita para que no se notase demasiado el efecto que lograba tener el chico y de cualquier forma ¿Por qué él habría de tener alguna impresión sobre mí? 

Sopeso la sensación de descompensación, lentamente llevo una de mis manos hacia mi pecho, la poso sobre este y me concentro en reunir fuerzas, en los segundos que me ha tomado controlar los latidos desbocados de mi corazón, el chico ha desaparecido de mi campo de visión, me paralizo en mi lugar y gradualmente siento mi sangre helándose hasta que el castaño aparece detrás de una puerta corrediza de cristal.

-¿Vienes?- inquiere con cierta chispa de burla, presiono mi mano derecha en un puño y me apresuro a caminar hacia él, observo en rededor, las paredes crema casi marrones iluminadas por luces doradas, a lo largo de ese corto pasillo solamente hay un cuadro el cual no reconozco con exactitud, me detengo por pura inercia para observarlo detenidamente, Hoseok ha desaparecido nuevamente en el interior de otra habitación -¿Jimin?- me llama, saliendo del cuarto, distingo la inmensidad de ser llamado por él, mi nombre sabe a algo mas y a pesar de eso continúo sumergido en la inmensurabilidad de la pintura -Paisaje de otoño por Vincent Van Gogh- me dice una vez a mi lado -De cualquier forma no estás aquí para ver un cuadro- rápidamente me giro para poder verlo a los ojos, trato de encontrar la ofensa en lo que dijo no obstante, acabo riéndome y él también lo hace.

A mis diecisiete [Hopemin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora