Capítulo 3.

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La pelinegra se queda en pie a unos cuantos pasos de distancia mientras me mira con escepticismo, yo le sostengo la mirada como dispuesto a enfrentarme a su furia.

-Oye.- me llama con acritud.

-¿Yo?

-¿Qué me ves?- observo su rostro, mi mirada se tambalea de sus ojos hacia su cabello y a su rostro nuevamente, trato desesperadamente de no burlarme debido a las consecuencias que trajeron consigo antaño, así que me limito a encogerme de hombros -¿No me vas a responder?- sus ojos rasgados de abren todo lo que puede brindándole un aspecto de maniática, minuciosamente estoy temiendo por lo que queda de mí.

Decide caminar nuevamente, se sienta a mi lado, coloca la mochila sobre la mesa, es cuando me percato de que no me he quitado la mía, cuando soy consciente la coloco en la parte trasera del respaldo de la silla, suspiro nuevamente al notar que su instante de locura se ha esfumado.

-Oye, Nayeon ¿Por qué la sirenita quería salir a la superficie?

-¿Qué sirenita?

-La del cuento.

-No conozco a ninguna sirena.

-¿Qué haces en tu casa?

-Cosas.

-Está bien.- suspiro nuevamente con el propósito de apoyar mi cabeza sobre mis brazos nuevamente, le pregunto sin ninguna intención siniestra -¿Por qué no te agrado?- la clase está a punto de comenzar, así que ella estaba tomando su cuaderno y lápices.

-¿Cómo sabes tú eso?- la veo hacer un puchero gradualmente enfurecida.

-Estás enojada siempre.

-¿Y crees que estoy enojada contigo?- alza su rostro con el puchero en sus labios.

-No lo sé.

-Si me agradas.- declara.

-¿Entonces por qué parece que quieres pegarme siempre?

-No es así... ¿Quieres que ya no te pegue?- me pregunta y asiento sin perder ningún instante.

-Uhm, lo consirrade.

-¿Qué dijiste?

-¡Qué voy a pensarlo!

-Nayeon, ya estás bastante grandecita- repito las palabras de mamá y se lo atribuyo a ella -Como para que no puedas pronurunciar una palabra.

-¿Qué es pronurunciar?- antes de tener la oportunidad de responder un SeokJin agitado aparece, se deja caer de golpe sobre la silla vacía sobresaltándonos a ambos, veo sus mejillas sonrojadas y su frente bañada con una delgada capa de sudor.

-¿Venías corriendo?- me atrevo a preguntarle, en cambio él se toma su tiempo, pese a que la clase había dado inicio, toma su cuaderno y sus lápices.

-Papá me ha dejado en la entrada, así que tuve que correr como si mi vida dependiera de eso por dos motivos ¿Sabes que me di cuenta que soy bonito y podrían robarme?- lo miro con duda en los orbes.

-¿Y qué es lo otro?- le pregunto.

-Lo olvidé.

La clase dio inicio luego de que la voz de SeokJin se apagó, traté de concentrarme en lo que estaba sucediendo sin embargo, no podía sacar de mi cabeza la incógnita correspondiente al porqué la sirenita quería salir a la superficie.

-Ya casi es verano, así que ya puedo informarles que la obra de teatro será sobre Blanca Nieves y los siete enanitos- Veo a los niños regocijándose, incluso yo me emociono a pesar de que no sé exactamente de qué va la obra, tampoco sé que tan mala suerte tendré en esto.

A mis diecisiete [Hopemin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora