Capítulo 31.

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Seok Jin nos saluda con un gesto amistoso el cual por mi parte ocasiona que la incertidumbre se disipe ¿qué podría salir mal después de todo? El chico nos invita a entrar, ya que él se quedaría un momento más para esperar a Nayeon -Esperaremos contigo- le propongo siendo lo primero que se ocurre para evitar entrar en la descomunal vivienda que no acababa por adaptarme.

-De acuerdo- responde, luego toma el móvil y realiza una llamada, a medida que él habla seguramente con Im, Hoseok permanece a mi lado mirando en rededor lo poco que nos permitimos del interior desde ese punto (De la que se salvó Nayeon porque Rose tenía todas las de ganar por lo del accidente) pienso, la chica podría haber ocasionado una gran pelea que involucrara a sus padres, era posible que fuese una guerra por ambas partes, no estaba seguro sin embargo, Anne se lo guardó, no acusó a nadie, ni siquiera a Yerim, a la larga ese sería un gran misterio ¿por qué Yerim? ¿qué tenía ella para darle a Rose? Nadie la conocía de nada en el salón, era probable que Yoongi fuese uno de ese selectivo y tan singulares grupo, luego de eso, nada.

-Mira- Hoseok presiona mi mano, giro un poco para poder captar lo que él trata de demostrarme, Roseanne se encuentra bajando por las escaleras de las cuales no me había dado cuenta, no eran similar a las que se encontraban en casa de Nayeon, por suerte, estas parecían flotar en el aire, junto a una baranda de cristal, era casi imposible saber que la protección estaba ahí puesto que solo brillaba el vidrio, también flotaba al igual que los escalones, la chica por su parte llevaba un vestido rosa hasta los muslos y unos zapatos tenis blancos, después de ella estaba el fondo del pasillo, las luces led brillaban en todos los colores en las paredes crema, ni siquiera ello podía quitarle una pizca de toda la elegancia a la fachada -Parece ser una buena fiesta- me dice.

-No se puede esperar menos de la fiesta de una niña rica- musito para que Seok Jin no alcance a escuchar lo que digo sobre su novia, para mi suerte ya me he callado cuando Roseanne viene hacia nosotros, reluciente en su vestido rosa el cual le da un hermoso realce a su tez blanca junto a su callera rubia, tiene el aspecto de una muñeca. Anne es guapa, el problema no hace en su posición económica o su estética, estoy seguro que si ella caminase por los pasillos del instituto con el cabello hecho un desastre y el uniforme en girones, Nayeon ni siquiera se molestaría en mencionarla sin embargo, se trataba de la amiga de Yerim y Kim dejaba mucho que desear, sobre todo, con sus impulsos psicóticos sin una razón aparente al remetir tanto contra una sola víctima: Im Nayeon. Pero ¿por qué?

-Chicos- nos saluda la rubia con su voz tan suave como un perfume de rosas, nos abraza fugazmente de manera informal, todo el atisbo de idea con respecto a su riqueza se esfuma, Roseanne Park era amable, con buenos modales, agradaba a quien fuese, hasta a Nayeon luego de haberle derramado aquel jugo de naranjas, simpática, alta, delgada y sobre todo, rubia, no hacía falta menos, no era presumida a pesar de que no llevaba las mejores calificaciones en la escuela, su promedio no resaltaba en cuadros de honores como el de Jung, Kim e Im, la chica irradiaba una especie de energía brillante, centellaba en todos, era una lastima... -Me alegra verles por aquí ¿esperan a Nayeon?- inquiere afable, tal vez no es consciente del desacuerdo que hay entre la amiga de su novio, quizá lo sepa, pero no arremete contra ella, yo asiento, posterior Jin se gira para tomarla de la mano, tira de ella y le envuelve la cintura uniendo su cuerpo a su costado -Puedes dejar tu mochila en mi habitación si te incomoda- lo pienso un momento, luego asiento, la rubia me da las indicaciones de como llegar, le digo a Hoseok que se quede en su lugar, me voy rápidamente y al regresar todo sigue igual.

Le doy otro vistazo a los novios, parecían la pareja ideal de un baile, ella era del mismo tamaño que él, ambos de apariencia intachable, eran todo un cliché de Barbie y Ken -¿Si nos quedaremos a esperar?- susurra Hoseok al inclinarse hacia abajo para poder hablar a mi oído, gesto que me provoca cosquillas y no puedo evitar estremecerme al punto de soltar una risita.

A mis diecisiete [Hopemin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora