𝓯𝓲𝓿𝓮

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— ¿Se puede saber porque nos levantaron a las nueve de la mañana en un día libre? — preguntó Jisoo apenas abrió la puerta a su manager, él cual ignoró toda palabra de Jisoo

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— ¿Se puede saber porque nos levantaron a las nueve de la mañana en un día libre? — preguntó Jisoo apenas abrió la puerta a su manager, él cual ignoró toda palabra de Jisoo.

Necesitaba respuestas antes de que la situación se complique aún más.

—Un artículo en naver habló acerca de su vestimenta en los últimos premios...

Las chicas sentadas en la sala principal no entendían el porqué de la preocupación de su manager y lo dejaron ver en sus expresiones faciales. 

— Lo revisé, al igual que todos, pero este aseguraba que el vestido que usabas no era el que Dior te había enviado.

Jisoo arrugó su ceño, sin poder entender ni unir los puntos que estaba escuchando.

Resultaba que, después de hablar con un representante de la marca, ellos tenían el mismo dilema. No sabían como aquel vestido rojo de la colección pasada llegó a manos de su embajadora de cosméticos, cuando ellos claramente le habían enviado un corto, exclusivo y elegante vestido blanco el cual aún no salía a la venta.

No contaban con el éxito que aquel vestido rojo obtendría al ser portado por Kim Jisoo, fue vendido como pan caliente después de la premiación pero a pesar de eso no entendían como un error de esa magnitud pudo llegar a pasar.

Ellos habían enviado el vestido a los estilistas de yg para que sea ajustado si es que sus medidas no eran apropiadas, ¿o no?

—No—. Interrumpió Jisoo.

— ¿Qué? 

— El vestido llegó acá, al dormitorio. Días antes del evento.

Su manager abrió sus ojos en grande, haciendo ver lo confundido que había quedado.

¿Desde cuando reciben prendas en su dormitorio?

Mejor dicho ¿Cómo los representantes de la marca sabrían su dirección?

Dios, eso no puede estar pasando...

Él llevaba ya mucho tiempo trabajando para celebridades y conocía casi todos los trucos que los idols adinerados usaban para coquetear.

Y aparentemente ese era uno de esos.

Sobo su cien antes de pasar los dedos por sus ojos y bajar por todo su rostro hasta llegar a su barbilla.

— Oppa, ¿Que sucede?

Preguntó Roseanne, al ver aquella inusual expresión en su rostro.

— ¿Recibiste alguna tarjeta o algo? 

Preguntó, esperando que sus suposiciones no sean ciertas.

No estaba en una posición apta para ocultar relaciones entre idols, no cuando la situación de la empresa recién se estaba recuperando y la nueva CEO estaba cada vez más estricta con mantener su vida privada sin posible escándalo alguno.

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