Monstruo pt 1

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—¡Monstruo! —me gritó apuntando con ese pequeño cañón de metal.

Adrien reía tan fuerte que creo que eso fue lo que llamó su atención, hasta hoy habíamos sidó tan cuidadosos para que nadie me viera tal como mamá no los pidió.

—¡Aléjate de mi hijo engendro! —me insulto de nuevo, provocando una extraña oleada en mi cuerpo, jamás antes había sentido algo similar y desagradable que erizo el pelaje de mi lomo.

Adrien temblaba estaba asustado. Me encorbe no dejaría que nada ni nadie tocará ni un solo cabello de él, le gruñí al horroroso hombre que estaba parado frente a nosotros, en cuanto lo ví cubrir a Adrien trás mi costado ese sujeto se sentía como una amenaza, pero podía soborear su miedo.

—¡Papá... Padre! !No pasa nada estoy bien! !Bajá el arma por favor! —suplicó mi pequeño aferrándose a mi espeso pelaje negro.

—Adrien ven de inmediato aléjate de ese monstruo —Le exigió usado otra vez esa ofensiva palabra.

Gruñí de nuevo asomando los colmillos como amenaza pero el sujeto no retrocedía, tenía miedo pero esta ahí enfrentándome creo que es eso a lo que se le llama valor. Empezé a avanzar hacia el azotando a propósito mis pesadas patas en el suelo, echando para atrás las orejas y encorvandome un poco listo para saltar sobre él.

Logré asustarlo, dió un medio paso hacia atrás y pude persivir con más intensidad el sabor de su miedo. Adrien me dió un tirón del pelo de verdad creyó que lo atacaría.

—Por favor, no lastimes a mi padre —me suplicó de un modo tan enternesedor que casi agachó la cabeza para buscar una caricia de él tan llena de ese afecto que emanaba, se me antojaba que me acariciará trás las orejas.

Le dí una lambida en el rostro  para tranquilizarlo, transformado en un animal no puedo expresar con palabras que todo estará bien. Habíamos estado tan agusto jugando e imaginando que estábamos en la jungla como ese libro que mamá nos leyó el otro día; El libro de la selva Adrien era Mowgli y yo me transforme en Bagheera la enorme pantera negra, afuera estaba lloviendo y Adrien se había aburrido haría lo que fuera por verlo feliz.

En cuanto mi lengua chocó contra las mejillas de Adrien pude persivir como el temor del hombre crecía provocando que mi atención se fijará en él, quien apuntaba el cañón de metal con ambas manos las que le temblaban visiblemente, me puse alerta, me dió la impresión de que él no sabía usar esa cosa y por el modo en el que Adrien se aferraba a mi era de suponer que esa cosa era peligrosa.

Un !Bang! un ruido nuevo y mas fuerte de lo que esperé se escuchó y algo salió de ese cañón, no supe que era pero provocó que Adrien gritará, la cosa golpeó el piso muy cercas de mis patas traseras algo muy similar a un click metálico se escuchó primero y luego otro !Bang! se escuchó, un florero junto a Adrien se rompió, mi pequeño grito, pude ver algunos lágrimas en sus mejillas y el miedo que emanaba era mucho era ...!¡Delicioso! pero no era momento de pensar en la comida.

Un gritó ahogado y un gruñido menos intimidante que el mío escuché venir de  ese hombre que temblaba ahora un poco menos que hacía unos momentos. Deslizé mis  sombras hasta el, las lenguas serpentearón silenciosamente hasta conectar con el círculo negro bajo sus pies que su sombra producía en el alfombrado piso de la habitación. No se percató de mi introducción y me empezé a alimentar de él estaba que le temblaban las piernas del miedo pero se mantenía firmé no sabía por qué.

De nuevo lanzó otro ¡Bang! y algo se escuchó golpear el gran cristal trás nuestra espaldas que empezó a crujir más no se rompió se dibujó sobre el algo parecido a una telaraña. Un rayo y un trueno se escucharon de haya fuera, Adrien cayó de rodillas del susto, me molesté, mi niño estaba asustado por la tormenta y esé hombre con su tonto cañón. ¿Por qué? como era posible que no se detuviera cuando el también podía ver el miedo en el niño.

Sacudí mi cabeza violentamente haciendo tintinear los cascabeles en mi interior mi visión se nublo un momento en lo que la transformación sucedía.

Me hergi, mi nueva forma me  permitió pararme en mis dos patas traceras, era una especie de animal medio humano, no se que era sólo sabia que era poderoso, pues el hombre empezó a caminar hacia atrás, jadeando con los ojos desorbitados del miedo. Tenía los brazos mas largos, las garras más afiladas, aún estaba ligeramente cubierto de pelos negros bastante crispados debía verme aterrador pues el sujeto empezó a sudar; pasé rápidamente mi lengua por mi nuevo hocico tenía una nueva fila de nuevos y afiliados colmillos que mostré furiosamente. Era la pesadilla de ese sujeto en persona.

De nuevo levantó el pequeño cañón apuntando hacia mi y antes de que volviera a producir ése ¡Bang! Me lanzé contra él tumbándolo al piso y yo sobre él. Nos quedamos viendo un momento cara a cara tenía los ojos grises tan fríos como el metal de su cañón y un gesto frío y duró como el de Adrien cuando se molestaba,  pero el aspecto de ese hombre me era desagradable a pesar de estarse muriendo de miedo podía persivir mucho odió dentro de él y era obvio que era dirigido hacia mí.

—¡Gabriel! —la voz de mi madre se escuchó a lo lejos.

—¡Emir! —la voz temblorosa de mi niño a mi espalda.

Me descuide apenas un parpadeo cuando otro ¡Bang! se escuchó al paso rozando mi hombro se sintió muy caliente y dolía era la primera vez que podía persivir el dolor físico. Me levanté bruscamente sacudido por esa oleada de dolor.

—¡Emir! —. Volvió a llamarme mi niño con desesperación.

El hombre se levantó tan rápido como pudo, en el momento en el que Adrien corrió hacia mi, él volvió a ordenarlé que se alejará de mi llamándome de nuevo monstruo; no tolere que me molestó mucho y perdí el control. Como un animal rabioso me volví a lanzar contra él, Adrien grito corriendo para interponerse entré el hombre y yo.

Era mi intención alejarlo dandole un leve empujón con mi brazo pero mis fuerzas eran muchas y Adrien salió volando por la habitación golpeando el cristal estrellado que terminó por partirse, cuando me di cuenta de mi error; salté trás de él pero no pude alcanzarlo sólo ví como Adrien caía contra el piso.

La lluvia lo empapó de inmediato empezé a gemir asustado y desesperado, mi niño tenía una enorme herida en la cabeza y mucha sangre salía de ella. Adrien me explico que era la sangre cuando un día corriendo se tropezó y se hizo una cortada en la rodilla pero ésto era mucho peor, el líquido rojo tan rojo como mis ojos manchaban sus lindos cabellos de oro.

Levanté la vista buscando al otro culpable de todo esto, el hombre frío se había quedado parado al pie de la ventana aun con ese cañón en su mano, viendo con espanto la imagen de mi niño. Todo fue por su culpa y quería que pagará. El gritó de mi madre se volvió a oír, Adrien me había dicho que estaba resfriada no se que es eso pero dijo que era como cuando se siente mucho sueño y cansancio y que algo sale de la nariz, también que debía que debía estar en cama por lo que no había ido a jugar con nosotros.

Ella estaba en pijama, para en la entrada de la casa con una frazada en sus hombros se veía palida y sus bonitos ojos verdes no brillaban como de costumbre, al verme sus ojos se hicieron grandes como si fuera la primera vez que me veía, luego miro al piso y corrió hasta donde estábamos tumbándose en el piso para tomar a Adrien en sus brazos, sin importarle que se mojara la ropa. Creo que estaba llorando, no lo sabía con seguridad la lluvia mojaba su rostro pero pude sentir una sacudida y persivir su miedo que era distinto al que conocía esté era frío cómo la soledad que a veces sentía.

—Vete...—susurró muy bajito que casí no la escuché, luego me miró sus ojitos tristes y su boca caída me hizo sentir algo raro dentro de mi que se sentía mal.

—¡Vete! ¡Fuera no te quiero cercas de mi hijo, tu... tu...!—no se atrevió a decirlo pero yo pude adivinar.

Empezé a retroceder viendo como por una última vez los ojitos de mi niño que se abrían para mi, eran de color verde cómo el pasto que tanto quería conocer; cuando se cerraron me eché a correr tan rápido como mis fuerzas me lo permitían con un amargo sabor en el hocico que no conocía antes y una nueva palabra grabada en mi memoria.

MONSTRUO.

~AU MLB~ El Poder De la Luz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora