~AU MLB~ El Poder De la Luz

Helado

Tres días atrás...

Marinette había salido de su casa para tomar un poco de aire fresco, sus vacaciones de primavera no eran nada como ella se las había imaginado, llevaba muchos días encerrada en su habitación temerosa que algo malo le sucediera a la caja de los Miraculous si se ausentaba por demasiado tiempo.

Si Hawk Moth aún no hallaba la caja corría con el riesgo de ser encontrada por sus padres, la pequeña Mannon o Alya, por lo que había decidido alejarse de la caja lo menos posible, a menos que fuera necesario, como para cumplir alguna misión como Ladybug o hacer algún mandado para sus padres, con los que trataba de actuar lo mas natural posible para no preocuparlos.

A la única actividad recreativa a la que había salido, fue para ir y animar a su amiga Kagami Tsurugi, en una competencia de esgrima, en la que ninguna de las dos se divirtió pues Kagami perdió en su primer encuentro, algo que sorprendió a los asistentes pues Kagami era de las fuertes y experimentadas duelístas lo que fue bastante humillante para ella.
Marinette había salido por compromiso tenía la invitación hacía dos semanas antes de ser nombrada Guardiana y creyó descortés no asistir, su amiga era temperamental y tal vez terminaría siendo akumizada si no la veía en las gradas.

Pero al final Kagami terminó perdiendo, sin ánimo de hacer algo después de terminado el evento, por lo que Marinette no pudo evitar sentirse aliviada y ligeramente feliz, se sentía mal por Kagami, pero feliz por que podía regresar a su casa temprano, no pudo estar en paz toda esa tarde temiendo temía que algo malo pasara con la caja y ella estaba lejos para protegerla.

Ahora había sido obligada por Tikki y Wayzz a salir, no queriendo, pero los kwamis habían logrado sacarla de su cuarto habían notado como poco a poco la chica se estaba aislando, ya ni siquiera respondía las llamadas de sus amigos quienes insistían en invitarla o incluirla en algunos de sus planes y salidas. Marinette había decidido por voluntad propia, no separarse de la caja, su deber era con ella, donde estuviera la caja ahí debía estar, era su nuevo lugar y no podía darse el lujo de estarse paseando con ella en los brazos era un objeto bastante grande y llamativo, por lo cual prefirió apagar su celular para no sentirse tan mal al no poder salir con sus amigos. (Corazón que no ve, corazón que no siente).

Marinette terminó en el parque que estaba cruzando la calle solo para darle gusto a Tikki, con la promesa de Wayzz de que cuidaría la caja, debía confiar en el después de todo era el kwami con el poder de la protección.

La peliazul se sentó en el pasto bajo la sombra de un árbol sin ánimos de nada.

—Marinette, ¡Vamos!, hagamos algo será divertido —le pidió Tikki apenas asomándose desde el bolso donde siempre iba escondida.

—No tengo ánimos. Deberíamos regresar, podemos tal vez mejor ver la televisión — sugirió con desgano.

—¿Qué tal un helado de Andre'? yo tengo ganas de un poco —insistió Tikki queriendo ver sonreír a su amiga, otra vez. Marinette suspiro derrota, la verdad que no tenía ánimos de nada pero al ver la preocupación e insistencia de su kwami sentía que debía darle gusto.

—Esta bien. Uno de menta con chispas de chocolate no estaría mal — Tikki celebró en silencio había logrado animar a su amiga aunque sea un poco.

"Si a Andre' el heladero quieres encontrar, por París tendrás que buscar".

Una graciosa rima que muchos entonaban mientras buscaban al famoso cupido del helado y sus deliciosos y románticos conos. Parejas de enamorados o simples aventureros usaban las redes sociales para hubicárlo, aquella tarde se encontraba en el Trocadéro por lo que Marinette tomó el metro e hizo un trayecto que se le hizo eterno. Compró un helado de menta y chispas de chocolate sin tener deseos de comerlo en verdad y se sentó a observar la plaza la cual se veía enorme más de lo que siempre le pareció, le dio la impresión que sus ojos se estaban acostumbrando al reducido espacio de su habitación.