Nathalie acompañaba a Adrien en su habitual cena solitaria, el chico bebía despacito una taza de té mientras veía al frente con el ceño fruncido el lugar vacío de su padre en el comedor.
Eran ya dos semanas sin verse, ni toparse por casualidad vivían bajo el mismo techo y eran casi como extraños, el chico suspiro dejando la taza sobre la mesa a medio beber no tenía animos de seguir ahí, comía rápido para poder regresar a su habitación y ahí transformarse en Chat Noir y optener algo de libertad vigorizante que le daba ánimos de seguir adelante.
—¿Necesitas algo más Adrien? —preguntó la mujer. Adrien solo negó con la cabeza aún con los ojos clavados en la silla al otro extremo del enorme comedor con los asientos suficiente para una veintena de personas y que tristemente solo él ocupaba.
Nathalie trató intuir lo que le sucedía.
—Tu padre dejo a disposición la limosina si es que deseas poder salir con la señorita Tsurugi —le dijo, queriendo animar al chico, aunque realmente no tenía permiso para salir pero ella se lo podía conceder por esa ocasión y que pudiera despejar su mente.
Adrien respingo incómodo poniéndose rojo de la cara;
—!No! —se presuroso a decir—. Esta bien no...no me siento con ánimos de salir— dijo con desgano dando un suspiro. Nathalie no le creyó pero no lo forzaría después de todo ella no era nadie para que él pudieran tenerle confianza y que pidieran hablar.
—Gracias...—le dijo él sorpresivamente, la mujer sin darse cuenta había dejado su máscara de indiferencia y traslúcido por un instante las emociones que tenía en ese momento, la desilusión y preocupación por él.
—Se que intentas animarme y te lo agradezco me gustaría que mi padre lo hiciera cómo tú y mostrará interés por mi —reprocho Adrien sin dejar de mirar el asiento vació.
—No lo culpes Adrien, no a sidó su intención, a estado un poco indispuesto últimamente —dijo Nathalie.
—¡Trabajo... cómo siempre! —reclamo entré dientes torciendo la boca con fastidio.
—En realidad ...—dijo Nathalie con duda , Adrien se alarmó.
—¡Mi padre esta bien verdad! —. Desde que su madre se enfermó Adrien había adquirido el temor y preocupación extremo de que alguien a su alrededor pudiera volver a enfermar y no pudiera tener sanación, el miedo se intensificó después de la muerte de Emilie, el mas mínimo estornudo por parte de su padre, Nathalie, Chloé e incluso su guardaespaldas le producía una gran ansiedad a él.
Nathalie rápido recompuso lo que dijo:
—Tu padre esta bien, solo con un poco de migraña nada de que preocuparnos.
—Eso mismo dijeron de mamá —su tristeza y nostalgia afloró.
Nathalie odiaba mentirle, aún qué las mentiras eran parte de su día a día el chico le agradaba mucho, con los años trabajando para su familia habían fortaleciendo ese cariño que sentía por él, no lo veía como el hijo de su jefe o una responsabilidad, lo quería y que Emilie la perdonará pero lo quería como a un hijo por el cual también estaba dispuesta a dar su alma por su bienestar y alegría, por él y por Gabriel, no lo dudo y tomó la identidad de Mayura aún que le costará la vida.
Se acercó a él tomándose el atrevimiento de abrazarlo tomándolo por la espalda y entrelazar sus manos en el pecho de él recargando su mentón sobre su coronilla , Adrien permanecía sentado, se sintió extremadamente agusto con tan sencillo gesto se estaba volviendo mas menudo que ellos terminarán abrazados, ella lo hacía feliz no le sería muy difícil poder verla como madre si su padre decidiera al fin dejar descansar a Emilie y darse una oportunidad en el amor y que mejor persona que Nathalie.
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~AU MLB~ El Poder De la Luz
FanfictionMarinette se siente sobre pasada de responsabilidades es la super heroina Ladybug y guardiana de las joyas Miraculous, debe intentar seguir siendo una adolescente normal, sin dejar de lado sus sueños y el amor el cual ya no cree poder alcanzar. A Pa...