El «Valle de Clima» es, quizá por tratarse del más cercano a ella, el lugar que más se asemeja a la Tierra dentro del reino, y evidentemente éste era el principal motivo del interés del príncipe Eclipse por vacacionar allí casi todos los años.
Esta comarca es pequeña y su atmósfera bastante más densa que la del resto del reino; por este motivo, al visitarla los astrolianos que no nacen allí, necesitan un tiempo considerable para adaptarse; algo así como cuando los humanos deben adaptarse a un sitio más elevado, sobre el nivel del mar.
Los astrolianos del Valle de Clima —o Valleclimenses— se asemejan físicamente ligeramente más a los humanos; son un poco más densos, pesados, pequeños y sutilmente menos brillantes.
La casa de la familia Pium, considerada una de las más destacadas del Valle, estaba situada a pocos metros de la mansión en la que la familia real se hospedaba durante sus vacaciones. Dos de sus hijos, los gemelos Mícrosco y Télesco, tenían la misma edad de Eclipse, por lo que no tardaron en encontrarse y forjar desde el inicio una bonita amistad. Aun cuando no se veían más que unos pocos días al año, mantenían contacto mediante correo astral, de modo que estaban siempre pendientes el uno del otro.
Esta era la primera vez desde que se conocían, que Mico y Teco visitarían a Eclipse en su casa, el palacio real. También era la primera vez para ellos en la capital del reino, puesto que nunca habían dejado el Valle de Clima. El más emocionado al respecto de los hermanos era Teco, ya que en su sueño de explorador, este viaje era equivalente a visitar la Tierra. Una aventura sin precedentes en sus escasos años.
Por su parte, Grus ansiaba conocer a los hermanos Pium en persona, en especial porque tenía interés en su lugar de origen. Entre todas las opciones que había considerado como carrera luego de terminar el colegio, se encontraba «Tecnicatura en climatología», cuyo campo de acción se encontraba justamente en el Valle de Clima. También le resultaba interesante el trabajo de los «Frankilianos», valleclimenses que manejaban la electricidad de los cumulonimbos, peleándose a veces entre ellos, originando las descargas eléctricas que llegaban a la Tierra.
Aunque por lo general eran los Valleclimenses quienes ocupaban los principales puestos de trabajo, de vez en cuando algún astroliano de la capital prefería trabajar en la tranquilidad del Valle, y ese era el caso —no muy común— de Grus. De todas maneras, el que fuese ahora el futuro príncipe del reino de la Luna, había aguado sus planes.
—Es más hermoso y grande de lo que imaginaba —dijo extasiado Teco, al recorrer el interior del palacio con la vista, por primera vez.
—Estar aquí es como un sueño hecho realidad, muchas gracias por invitarnos, Ecli...digo, su majestad —agregó Mico.
—No tienen nada que agradecer, y por favor, espero que me traten como lo hicieron siempre, incluso estando aquí. —respondió amablemente el anfitrión.
Eclipse mostró a sus invitados los aposentos que le habían sido asignados, amueblados y reformados de acuerdo a sus indicaciones. Una vez que dejaron sus equipajes allí, el príncipe los condujo a ambos hasta su propia habitación. Allí los esperaba desde antes Grus, el primer invitado en haberse instalado en el palacio, al que ya conocía tan bien que lo sentía como un segundo hogar.
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Terranautas: Los Visitantes Estelares.
Fantasy«Desde que el ser humano decidió echar su cabeza hacia atrás y observar el cielo, se ha preguntado el porqué del día y de la noche; del sol, la luna, las estrellas; el universo. Todo tan lejano, tan misterioso, tan incomprensible. Pero no por ello...