Giselle despertó en algún momento de la madrugada; suspiró mientras intentaba zafarse de los brazos de Chris quienes la sujetaban.
— Chris...
— mmmm... — el actor renegó aún con los ojos cerrados.
— Quiero tomar agua — Giselle sonrió al ver el rostro de Chris sumergido en una paz, de nuevo se movió hasta lograr zafarse de sus brazos.
Caminó hasta la cocina en donde se sirvió un vaso de agua, se sentó en el sofá mirando hacia el patio el cual tenia una de las vistas mas bonitas hacia la Ciudad de los Angeles, el cielo poco a poco se tornaba violeta a causa de que iba amaneciendo, el cansancio volvió a invadirla quedándose dormida en el sofá.
Chris despertó extrañado al no sentir la presencia de la chica por lo cual comenzó a buscarla por la casa hasta encontrarla en el sofá, sonrió tranquilo pues comenzaba a pensar que quiza se había ido en el transcurso de la noche.
Al verificar que dormía cómodamente decidió aventurarse en la cocina a preparar el desayuno, decidió cortar algo de fruta y preparar un desayuno americano, de reojo observó verla levantarse para irse a arreglar pues debía presentarse a trabajar.
Montó la mesa con lo necesario, sirvió ambos desayunos y espero a que Giselle terminara de arreglarse.
— ¡Buenos días! — la chica saludó con una bella sonrisa, se acercó a Chris besando su mejilla — Todo huele delicioso.
Chris la abrazó para besar su mejilla y después ambos se sentaron a disfrutar del desayuno.
~
A petición de Chris, Giselle aceptó ser llevada por él a su trabajo, los nervios y la incertidumbre de nuevo la atacaron pero Chris al sentirla tensa se dedicó a sujetar su mano y besarla con mimo.
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— Cualquier cosa estare en casa de Meghan, esta a media hora de aqui, llamame si necesitas algo, de preferencia no hables con nadie del tema y por favor deja de torturarte, nadie va a deportarte, hablaré con mis abogados para ver que procede.
Giselle asintío preocupada, besó los labios de Chris fugazmente a modo de despedida y despues bajó del auto yendo directo a su oficina. Al entrar sintió de nuevo todas las miradas en ella directo a su mano donde posaba su argolla de matrimonio la cual en esos momentos parecia pesarle de más.
Al entrar al pasillo que daba a su oficina se percató que sus pertenencias se encontraban en el suelo, sintió un nudo en el estómago, confundida se arrodilló frente a ellas percatandose que estaban todas sus cosas ahi y la chapa de su oficina había sido cambiada.
Sintió ganas de llorar pero de nuevo comenzaba a ser observada por lo cual tuvo que aguantarse.
—¡Giselle te estan esperando en la Sala de Juntas! — Sara, la que habia considerado como su amiga la observaba con cierto aire de superioridad, pasó a su lado sin prestarle más atención.
