"Mini skirts & diamonds" •DKi // Yoonmin•

💞Amor y ¿caída?💀

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Kitty Gang, el mafioso más odiado y deseado de toda Corea del Sur, había caído de la peor manera. Nadie se lo esperaba, ni sus enemigos ni sus aliados, excepto cierto individuo, que no pertenecía a ninguno de ambos grupos. Él lo había traicionado, había vendido información sobre sus entregas de la semana al Estado, un asunto muy serio.

—Soy inocente —dijo el pelirrosa, haciendo un puchero y jugando con sus stickers de Hello Kitty.

—Las pruebas son evidentes, no hay forma de negar la realidad.

—¡No lo acepto! Alguien intentó ensuciar mi nombre y los está engañando —interrumpió al juez, pues se encontraba en la Corte, en su propio juicio—. Soy el mejor distribuidor de cannabis medicinal en todo el país y he abierto 3 laboratorios para el descubrimiento de nuevas medicinas. En ningún momento me pasaría la idea de echar todo eso a perder para vender droga —argumentó a su favor—. Solicito tiempo, y les conseguiré pruebas de que no miento.

Luego de unas horas más de discusiones, testigos falsos y documentos modificados, la solicitud de Kitty fue aceptada. Mientras tanto, su novio, Agust D, con quien llevaba saliendo por tres años, estaba sentado entre el público, sin articular ni una sílaba, con una bien elaborada poker face. Estaba sorprendido, pues no creyó posible que su pareja se librara de tan complicada situación; además, se sintió aliviado al saber que Gucci ya había iniciado a ejecutar el plan para salvar a Kitty. Ahora solo tenían que esperar.

—¡Mi amor! —Besó su todo su rostro y lo abrazó con fuerza cuando se reencontraron en la oficina de Kitty.

—¡Hey! Me despeinas —se quejó el pelirrosa, con una mueca de enojo.

—Lo siento. —Lo soltó.

—Bueno... Ahora lo serio. ¿Lograste hablar con Jeon?

—No nos ha contestado ni a mí ni a Gucci —le informó—. Sin embargo, sabemos que sigue encerrado en su mansión. Desde que vendió tu info, no ha salido de ahí.

—¡Este maldito hijo de puta! —gritó— Yo sabía, yo sabía que se vengaría en algún momento, pero le creí que estaba bien, que me había superado.

—Sabías que eso era imposible.

—Sí —susurró—, y fui un estúpido al ignorar mi instinto. —Se dirigió al armario de emergencia, el cual estaba al lado de su escritorio, y sacó un vestido negro.

—¿Qué es eso?

—¿No ves? Es mi llave para que Jeon retire su denuncia de una vez. —Se comenzó a cambiar. —Llegó mi hora de negociar.

—¡No! —exclamó Agust, con evidente furia— ¿Estás loco? ¡Él no te dejará en paz por sexo!

—Si no lo intento ahora, puede que la situación empeore.

—¡No quiero que te acuestes con él! ¡Y no lo harás! Gucci se está encargando de todo, confía en él. No necesitamos que se filtre un vídeo tuyo intentando que Jeon retire su denuncia. Con esa evidencia, sería tu fin.

—¡Bien! —gritó Kitty, después se quitó el vestido y volvió a ponerse su crop top y su falda—. Confiaré en las "maneras legales".

—Ahora... Debo irme, tengo unos asunto que arreglar —dijo el rubio, agarrando su casaca para salir.

—¿Qué asuntos?

—Tengo un novio y un imperio propio que proteger —le afirmó, mirándolo a los ojos—. Nadie volverá a interponerse en nuestros caminos, ni siquiera Jeon. —Y salió de la oficina, rumbo al hogar del maldito traidor.

Nadie se metía con su Kitty Gang.