"Mini skirts & diamonds" •DKi // Yoonmin•

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A pesar de lo que pudo parecer el inicio de una noche placentera, no fue así, pues Kitty se encargó de inmovilizar el cuerpo de Agust con dos simples golpes en zonas específicas. Se apoyó sobre su espalda y comenzó a reír gustosamente.

—En serio, esto me divierte —dijo, estirando sus brazos y piernas, mientras disfrutada estar sobre la espalda del rubio—. Supongo que me llevará a cenar, ¿verdad? No he comido nada desde el desayuno y realmente se me antoja algo de comida francesa.

—¿Qué te hace creer que te compraré comida? —preguntó Agust, quien estaba adolorido.

—¿No que quería enamorarme? Debería empezar a intentarlo.

—Lo que pasa, cariño, es que así no trabajo yo. —Entonces, con un impulso se libró del pelirrosa y se levantó de la cama de agua. —Si quieres algo de comer en un restaurante francés, ve tú, pues yo no tengo hambre y quiero descansar. Además, para algo pagué esto; si quieres algo, pídelo a la habitación.

Kitty resopló, ¿qué clase de pretendiente era ese? Realmente, era la primera vez que alguien interesado en él lo trataba de esa forma tan fría y desinteresada. Sin embargo, esto le llamaba mucho la atención. No podía negar que lo atraía.

—Entonces pediré sushi y un té. —Marcó su orden en la tablet que se hallaba en la mesita de noche. —¿No quieres nada?

—No, gracias. —Cogió el control y prendió el proyector de cine del cuarto; se le antojaba ver una buena película. —Pondré una de terror, si no te gusta, puedes irte.

Y así inició una noche muy poco común para el gran Kitty Gang.

Al día siguiente, cuando despertó, notó que Agust ya no estaba. ¿Entonces así sería el juego? El pequeño de labios gruesos se dio cuenta de la estrategia, así que supo que ganaría ese trato. Un hombre así no lo conquistaría. Podría fingir desinterés y ser un bad boy, mas no sería suficiente, ya que dejó su plan al descubierto. En serio, era muy tonto, al menos eso pensaba Kitty.

Así pasó el primer mes. Agust nunca fue a buscarlo; de hecho, parecía que le interesaba más la parte de superarlo empresarialmente que la de enamorarlo. Esto le hizo pensar que solo era un capricho para ese maldito, pues no solo quería su imperio, sino también usarlo a él mismo como un trofeo. ¿Por qué esto lo ponía mal? Porque lo hacía sentir feo, insuficiente y como un estúpido objeto. No obstante, no se dejaría ver afectado, sabía que era parte de su plan, pero no podía evitar sentirse herido. Su orgullo estaba siendo apuñalado bruscamente, en serio, le dolía tanto.

Entonces, aquella tarde, su celular sonó y era un número desconocido, pero él sabía quién era.

—Como que tardó mucho, señor D —contestó con una falsa alegría y con su voz aniñada, la cual usaba como escudo.

—Hoy, a las 6 en Fancy. Te espero, ponte lindo, cariño. —Y colgó.

Kitty apretó su celular y lo lanzó contra la pared, mas no se rompió. Entonces empezó a llorar. Odiaba como la voz tan fría y desinteresada de aquel hombre le bajaba la autoestima. Odiaba ser minimizado. Siempre los chicos hacían de todo para llamar su atención, pero este le estaba golpeando la mente y el corazón. ¿Pero por qué lo afectaba tanto? Tal vez por la apuesta, pero algo le decía que era por algo más. Algo a lo que tendría que temerle.

¿Por qué creen que Kitty se siente así?