Después de contar cada fajo de billetes, decidió salir a beber al bar del hotel. Eran recién las nueve de la noche y de seguro conseguía algo nuevo, lo que necesitaba para salir de la rutina. Por lo tanto, buscó en su maleta rosada y sacó un vestido de cuero negro, que se ceñía a sus caderas a la perfección, y una chaqueta rosa de lentejuelas, conjunto que combinó con unas botas negras. Se apreció en el espejo, lucía fantástico. Roció algo de perfume de vainilla en su cuello. Luego peinó su cabello hacia atrás y pintó sus gruesos labios con gloss, para hacerlos resaltar aún más. No puedo evitar sonreír al notar lo provocativo que se veía, así que se tomó una selfie y, finalmente, salió de su habitación hacia el bar.
Cuando llegó, las miradas de hombres y mujeres se voltearon hacia él, pero los ignoró y continuó, con la mirada altiva, hacia la barra. Pidió un pink vodka y se dispuso a esperar a que alguien que valiese la pena se le acercara. Sabía que las miradas seguían en él, así que levantó ligeramente la basta del vestido y arqueó su espalda con atrevimiento, para dejar que los pobres envidiaran lo que no podrían tener.
—Un vodka doble, por favor —dijo un hombre de voz ronca, quien se sentó a su costado. El tono le pareció tan delicioso y amargo a Kitty Gang, que no pudo evitar voltear para conocer al dueño de tal voz. Sorprendentemente, era el chico más caliente que antes hubiese visto: cuerpo fornido, cabello rubio, piel pálida y labios delgados. Lucía casi tan perfecto como él, justo lo que necesitaba.
—Hola —saludó, con el vaso de licor aún en la mano—. Déjeme presentarme. Soy Kitty Gang.
Ese nombre resonó en los oídos del rubio, quien reconoció a tan distinguido personaje inmediatamente, pues, ¿quién no conocía a Kitty Gang? Y, ¿quién no deseaba superarlo?
—Un gusto —respondió con una sonrisa ladina, mientras recibía su trago—. Soy Agust D.
Kitty logró ocultar su sorpresa. El hombre que iba tras de sus clientes estaba en frente de él, luciendo confiado, tan sexy. Ese maldito había acabado con algunos de sus contratos del mes anterior y, según los rumores, iba en busca de derrocar su imperio. Sin embargo, todo eso le importaba una mierda, pues sabía que nadie llegaría a su altura. Además, la idea de acostarse con su enemigo lo excitaba más de la cuenta, pues era el fruto prohibido, su competencia. Entonces, el pelirrosa movió su mano hacía el mentón del contrario y le dijo con una sensual sonrisa:
—No soy tonto, sé quién es usted, sé que quiere destronarme, —Se levantó de la silla alta y caminó alrededor de Agust, para luego acercarse peligrosamente a su boca. —, pero esta noche quiero divertirme. —Se sentó en sus piernas, muy cerca de su creciente erección. —Y creo que usted también quiere.
Agust sujetó con firmeza ese redondo trasero que le estaba provocando, sacándole un gemido a Kitty. Luego, acercó sus rostro al cuello de este y aspiró el dulce aroma a vainilla, lo cual erizó ambas pieles. La atracción era más que evidente, ambos cuerpos se llamaban, y no iban a ignorarlo.
—Quién diría que el famoso Kitty Gang vendría a ofrecerse como una zorrita. —Besó la unión de su cuello y espalda. —No voy a negar que me encantas, pero necesitas algo más que seducirme para sacarme del camino.
—Me pone que hable así, señor D —le ronroneó al oído, restregándose disimuladamente en la erección del rubio—. Salgamos de aquí; quiero descubrir qué puede hacer con esto tan grande que se carga.
Bueno, solo eso bastó para acabar con la cordura del rubio.
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"Mini skirts & diamonds" •DKi // Yoonmin•
RomanceKitty Gang es el dueño de la mafia más poderosa de Corea del Sur y Agust D, su nueva competencia. Sin embargo, Agust planea derrocar al sexy pelirrosa, aunque el sexo y la droga los unirá de una forma totalmente distinta de la que esperaban. El dese...