"Mini skirts & diamonds" •DKi // Yoonmin•

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Canción recomendada:

Jackson y Kitty ya habían avanzado mucho luego de unos minutos bailando y bebiendo. El joven pelirrosa disfrutaba moviendo su trasero al ritmo de la música, mientras que su nuevo acompañante lo tocaba sin pudor y le seguía el ritmo. Kitty ya ni sabía dónde estaba Gucci y el alcohol en su sistema lo había animado más de la cuenta. Se sentía caliente y el atractivo hombre que lo provocaba no contribuía en qué mantuviera la cordura.

—Quiero que vayamos a otra parte —le susurró Jackson Wang al oído.

—Estaba esperando que lo pidieras. —Sonrió y sujetó su mano.

Ambos subieron a la zona VIP y pidieron una habitación. Cuando estuvieron dentro, sus prendas ya no fueron necesarias, entonces se desprendieron de ellas antes de iniciar el juego de roces.

Jackson lo cargó y lo apoyó contra la gran ventana que daba a la transitada autopista. Unió sus labios e introdujo su lengua para disfrutar de toda la boca de Kitty. Luego se separó para admirar la perfección de su acompañante.

—Te follaré contra la ventana para que todos sepan quién te está haciendo gozar.

—Sí, señor Wang, haga lo que quiera —contestó con su voz melosa.

Entonces, con su consentimiento, su cuerpo fue unido a la ventana y unos dedos gruesos iniciaron a jugar en su entrada, preparándolo y causándole uno que otro gemido. La temperatura en su sistema aumentaba y la sensación de placer con descontrol que tanto amaba volvió. Luego, cuando al fin sintió la hombría de Jackson, gritó ligeramente para excitarlo y cambió su expresión, brindando un gran espectáculo a algunos que alzaban la mirada. Sus gemidos invadieron todo el cuarto y el placer invadió sus mentes.

—Eres tan sexy, tan perfecto —le susurró Jackson.

—Ah~... Gra-acias... —articuló con algo de dificultad.

Ambos estaban en su límite, así que cambiaron de posición. Kitty se puso en la pose del perrito y las estocadas se tornaron más fuertes. Entonces, no pudo resistir las ganas de tocarse, así que no dudó en llevar su mano a su hombría para acelerar el orgasmo. El pelinegro besó su cuello y los bordes de sus orejas, estremeciéndolo por completo y rompiendo la última barrera que los llevó a la liberación del placer. Ese había sido el mejor momento de sus días.

Sin embargo, inmediatamente, alguien abrió la puerta y le disparó sin piedad a Jackson en la cabeza, dejándolo muerto en el piso. Ese alguien había llegado para reclamar lo que, según él, le pertenecía.

—¡Vístete rápido que nos vamos de aquí!

—¡¿Quién mierda te crees tú para decirme qué hacer, Agust?! ¡¡¡Lárgate y déjame en paz!!!

Entonces, la misma arma asesina se posicionó sobre su frente, asustándolo, aunque aparentemente lucía inmutable.

—No estoy jugando. Nos vamos.

—Yo tampoco estoy jugando. Que yo sepa, soy libre de hacer lo que se me plazca.

Kitty sonrió al ver a sus hombres llegar y apuntar a su más grande enemigo.

—Y —continuó— ahora tengo la ventaja.

Agust bajó su arma y sonrió.

—Bien jugado, mi amor, pero creo que no querrás que Jeon mire tu vídeo que grabé gustosamente para él —añadió y, en ese momento, sus hombres entraron, apuntando a todos—. Por lo tanto, vienes conmigo por las buenas o por las malas.

—Cuando tenga la mínima oportunidad, te cortaré el pene —masculló Kitty antes de vestirse rápidamente y salir del club junto con Agust D, quien estaba listo para mostrarle que la apuesta ya estaba ganada.