"Mini skirts & diamonds" •DKi // Yoonmin•

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COMENTEN y voten, si no lo hacen, un perrito muere.

—Yo dejaré de meterme en tu camino y te daré toda mi imperio. —Al escuchar esto, Kitty abrió sus ojos como dos platos, sintió que aquello era un broma. —Sin embargo, solo lo cumpliré si dentro de seis meses no logro superarte ni ganarme tu corazón. Y si logro esto, tú y tu negocio me pertenecerán —dijo acercándose lentamente.

El ambiente se había vuelto algo denso, incluso era difícil respirar, a pesar de que la fragancia de coco estaba presente en todo ese cuarto. No obstante, una sexy y maligna sonrisa se empezó a elevar en aquellos labios rosados, carnosos y sedientos de poder. Si se pudiera describir lo que expresaba aquella mueca, se llenarían muchos libros de varias páginas.

—Es muy arriesgado. Supero sus ganancias por 30 millones de dólares mensuales y mi sector de influencia es más amplio que el suyo; además, tengo más negocios en marcha para el próximo mes, así que mis ingresos aumentarán y mis costos disminuirán, lo cual será un boom para mi utilidad. —Luego suspiró y se recostó sobre la cama de agua que se encontraba al centro de la habitación. —Así que es casi imposible que me destrone. Inclusive, is more imposible that I fall in love. No siento compasión ni remordimiento, no soy alguien sentimental como para que logre enamorarme. En conclusión, esto es un estúpido plan suicida de su parte. ¿Por qué?

Su pregunta resonó, pero no obtuvo respuesta, mas sí una tétrica sonrisa, igual o incluso peor que la suya. Vio hambre de posesión y poder, vio a un hombre que estaba dispuesto a jugar todas sus piezas por quedarse con su imperio. Sin embargo, vio algo más, lo cual aceleró los latidos de su corazón, pero no pudo saber qué era.

—¿Crees que no sé todo eso? Sé sobre ti más de lo que podrías creer. —Agust se subió a la cama y se posicionó para quedar cara a cara sobre Kitty. Sujetó sus muñecas y se sentó haciendo presión en su pelvis. —Puedo acabar contigo con un tronar de dedos. —Sacó su arma con una velocidad impactante y la apuntó sobre la cabeza del pelirrosa, pero al soltar aquella pequeña mano, le dio la libertad suficiente como para sacar su propia pistola y apuntarla al cuello del rubio.

Nuevamente, una sonrisita se dibujó en Kitty. —Es hábil, señor D, pero no lo suficiente. Si intenta acercarse, yo respondo el doble de rápido.

—Justo por eso quiero tenerte.

—Y justo por eso no me tendrá, pero yo sí tendré todo lo suyo. —Rio dulcemente. —Acepto el trato, señor D.

—Justo lo que esperaba, cariño —dijo antes de juntar sus labios con el contrario en un hambriento beso, ignorando que ambos tenían sus armas sobre el otro.

Eso sí sería un verdadero juego de poder.