Kitty Gang es el dueño de la mafia más poderosa de Corea del Sur y Agust D, su nueva competencia. Sin embargo, Agust planea derrocar al sexy pelirrosa, aunque el sexo y la droga los unirá de una forma totalmente distinta de la que esperaban. El dese...
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Bueno... Comencemos
Agust salió con furia hacia la mansión Jeon. Anteriormente, había acordado con Gucci Gang algunos detalles para no dejar evidencia de su inminente crimen. Por lo tanto, su cómplice cortó la señal de las cámaras de seguridad del lugar mismo y de las zonas cercanas, se aseguró de que no hubiera ningún otro miembro de esa familia presente y hackeó las redes sociales de Jeon, para que todo luciera como un suicidio.
Agust avanzó por la ciudad con un vehículo negro blindado, el cual tenía un sticker de Hello Kitty pegado en uno de los espejos retrovisores. Luego de varios minutos, llegó a su destino. Sin duda, los Jeon vivían rodeados de lujo. Ese gran portón y el colorido jardín tan solo eran una pequeña muestra de la posición de esa familia. Sin embargo, lo más valioso que poseían era su imagen, su estatus, razón por la que Kitty aceptó aquella propuesta de matrimonio. No obstante, la situación se había volteado.
Si Kitty quería muerto a Jeon Seagull, lo tendría.
Agust bajó del vehículo e ingresó a su nuevo escenario criminal por la puerta de servicio. Caminó por los largos y elegantes pasillos, decorados con Madonas renacentistas, las cuales limpiaban la consciencia de aquella familia, pero todo olía a estafa. Fingían ser la joya más brillante de Corea cuando solo eran unos negociadores bajo la mesa, metidos en negocios turbios a espaldas del público.
Finalmente, llegó a la oficina del "señor Jeon", como solía llamarlo Kitty. Abrió la puerta con sigilo y lo encontró en su escritorio, organizando documentos en su computadora, sin saber que toda esa información sería borrada por Gucci Gang.
—¡Qué sorpresa tenerlo aquí, Agust! —exclamó Jeon, sin apartar la vista de su ordenador.
—No vine a conversar contigo. —Sacó su arma rápidamente y la apuntó a la cabeza del hombre que traicionó a su Kitty.
—¿Eres estúpido? Tengo cámaras por doquier. Tan solo conseguirás ensuciar más el nombre de Kitty.
—¿Crees que vendría sin encargarme de eso? —Sonrió. —Todo está desactivado.
En ese momento, Jeon se dio cuenta de toda la mierda en la que estaba metido. Si salía vivo de esa situación, sería un milagro; no obstante, los milagros no existen. Sabía que no le quedaba mucho tiempo de vida, así que decidió atormentar a su atacante.
—Dime, Agust. ¿Tú y Kitty ya están comprometidos?
—¡Eso no te importa!
—¡Claro que me importa! —exclamó con un gesto arrogante— Después de todo, él y yo estuvimos a punto de casarnos. ¡Lucía tan emocionado!
—Nunca te amó —sentenció Agust, sin dejar de apuntar su arma.
—¿Y a ti sí? —Rio. —Bueno... No importa eso, ya que tengo algo que tú nunca tendrás.
—¿Qué cosa?
—El "sí" —contestó, haciendo referencia a su anterior compromiso con el pelirrosa.
Agust, lleno de rabia, no dudo en disparar de una vez. Entonces, el cuerpo del pelinegro cayó, junto con la silla, creando una mancha de sangre sobre el piso de cerámica.
—No seas pendejo —masculló Agust—. Si quisiera, Kitty ya sería mi esposo.
