🕯36🕯

527 73 29
                                    



Lentamente, el azabache agarró con cuidado el teléfono celular. Cuando era joven y aun vivía con su madre, esta nunca le permitió tener algo como eso, ni siquiera le dejaba agarrar en teléfono de la casa, ella siempre pensó que intentaría marcarle a su padre o a alguna autoridad. Sus compañeros de escuela normalmente se burlaban de él por no tener un teléfono en los tiempos tan modernos en los que estaban.

La pantalla del aparato estaba encendida, revelando un mensaje  de texto que le había llegado. Era de un número desconocido, bueno, no era como si tuviera números telefónicos que podía reconocer.

Abrió el mensaje y solo decía letras al azar, las cuales eran "C,NEO,AAE,TEEED."

Seguro era en aquellos tiempos en los que los bromistas de internet y las redes sociales te espantaban con cosas ridículas; incluso él que vivía en pánico constante no se lo creía. Era como esos que te decían que si no compartías una historia tan falsa, morirías esa misma noche.

Debía volver a lo importante. Dejó su celular en la cama y decidió ponerse ropa de deporte, necesitaba salir de aquel lugar tan extraño que le confundía cada vez más. ¿En serio había soñado todo?

Según sus recuerdos, su hermano menor tenía novio, Jaemin. Ese podría ser su primer intento de saber si lo que conocía era verdadero o falso.

Salió de su habitación y decidió tocar la puerta que según él era la del cuarto de Jeno. Poco después, el chico de rasgos similares a los suyos le abrió. 

Doyoung se rascó la nuca y preguntó dudoso:

—Oye, pregunta fuera de lugar pero... ¿te gusta alguien...?—

Jeno miró hacia los lados y le hizo una seña para que entrara a su cuarto. Una vez cerrada la puerta, su hermano menor hizo un gesto de enfado.

—¿Qué te pasa? Mamá pudo oírte, sabes que no tengo permitido tener novia aún.—

Hizo una pausa y miró confundido al mayor, pero decidió continuar hablando:

—Además, ¿para qué preguntas? Creí que no te interesaba eso.—

Doyoung fingió una sonrisa, no sabía qué excusa poner... en serio estaba actuando como un adolescente... nunca fue muy bueno expresándose, ni siquiera para mentir. Vaciló unos largos segundos mientras observaba la habitación del menor.

—Y... si no me equivoco... ¿te gusta alguien, cierto?—

Según lo que le había contado Jeno... o... el "otro" Jeno... era que se habían enamorado cerca de esa edad antes de irse  con él años después para dejar a su madre.  

El menor miró apenado hacia otro lado y murmuró:

—...Algo así...—

—¿Esa persona va a tu escuela?—

Preguntó de nuevo, a lo que el menor volvió a asentir. Doyoung asintió con la cabeza lentamente preparándose para la próxima pregunta:

—¿Esa persona... es... un... hombre...?—

Al escuchar eso, Jeno hizo un gesto extraño. Su rostro se coloreó de rojo, frunció el ceño e hizo cara de disgusto. Acto seguido, contestó en un tono asqueado e incrédulo:

—¿Qué te pasa? ¿Qué te hace pensar que me gustan los hombres?... E-Eso... ¡es extraño!—

Doyoung observó a su hermano detenidamente con cada palabra que decía. Que inusual, Jeno nunca había actuado así, a pesar de haberlo conocido solo antes de su etapa adolescente fuerte. Según él, su hermano siempre fue alguien respetuoso hacia la gente, nunca demostró asco hacia la gente con esos gustos... él mismo tenía novio. En su caso, Doyoung ni siquiera sabía cuales eran sus gustos, unas veces besó a un hombre... 

—Ah...—

Fue lo único que pudo comentar. Se puso de pie y se dirigió a la salida de la habitación.

—¿Pero conoces a alguien llamado Jaemin?—

Volvió a preguntar. Jeno tomó su barbilla y dijo poco a poco perdiendo el desinterés:

—Mm...  es de mi generación, creo que no nos ha tocado estar en el mismo salón, no lo sé. ¿Por qué preguntas? ¿Lo conoces...?—

Doyoung suspiró y comentó:

—Algo así... te recomiendo que le hables.—

Con eso dicho, se fue de la habitación. La tensión se libró de su atmósfera y se refugió en su cuarto. Abrió su armario y agarró un chandal que estaba colgado y se vistió. Sorprendentemente le quedaba muy bien, hace mucho tiempo que no tenía ropa  a su talla exacta. Agarró sus tennis y salió de su habitación.

Cuando estaba a punto de irse, su madre lo notó y pregunto consternada:

—¿A dónde vas? Creí que te quedarías a descansar.—

Doyoung se estaba poniendo los tennis en la entrada mientras explicaba:

—Necesito salir a correr un rato. Me siento un poco sofocado.—

Su madre pareció creérselo y lo dejó ir. Inmediatamente fuera de la casa, más de sus antiguos recuerdos confusos resurgieron...


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 06, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

『𝐌𝐈𝐄𝐃𝐎𝐒』 𝙹𝚊𝚎𝙳𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora