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Yoon Oh terminó de guardar unas cosas en su mochila, todo el rato empacando miraba de reojo a Doyoung. Este parecía bastante concentrado leyendo las páginas de su diario una y otra vez, el sonido del hojeo no dejaba de llenar el lugar. El menor cerró la mochila y se la colgó en el hombro.

—Ya está todo listo... cuando quieras.—

Avisó Jaehyun. El azabache estiró la comisura de sus labios, cerró su diario y lo guardó en su mochila. Acto seguido, salieron del apartamento que compartían.

Al salir del edificio, se encontraron con los demás, solo ellos faltaban. Jeno los vio acercarse y los saludó inmediatamente:

—Por fin llegan, los estábamos esperando.—

El castaño dio una reverencia y miró directamente hacia Taeyong, quien tenía los brazos cruzados y miraba a otro lado, lucía molesto.

—Si no querías venir, tenías todo el derecho a rechazar la invitación.—

Dijo Jaehyun tranquilo. Todos los ojos se posaron en el mayor . Este chasqueó la lengua y respondió:

—Solo lo hago porque Doyoung es mi mejor amigo. Puede que yo no esté de acuerdo con esto, pero no soportaría enterarme que algo le pasaría a él porque no supieron cuidarlo bien.—

Jaemin no comentó nada , simplemente sonreía de labios incomodo, alzó las cejas y miraba a otra cosa que no fuesen las personas ahí. Jeno miraba a su hermano mayor. Jaehyun tenía el ceño fruncido, juzgando a Taeyong con una mirada. El pálido, quién fue el recién mencionado en la conversación, se paró entre ambos, colocó sus dos manos en el los hombros de Taeyong y le dijo:

—Gracias por venir.—

El mayor se relajó al instante y le sonrió como siempre.

Doyoung le devolvió una diminuta sonrisa, se volteó para ver al resto y comenzó a hablar:

—Bueno, gracias por apoyarme en esto... no lo podría hacer solo de ninguna manera. Quiero solucionar esto de una vez por todas, ya no quiero ser tormentado por lo que sea que esté ahí. No gastemos más tiempo, vamos.—

Era la primera vez que el azabache se sentía tan valiente, era un increíble logro. Sin más que decir, todos fueron en dirección a la casa abandonada de Doyoung. En aquel vecindario viejo, la vista no era muy cuidada, las calles tenían décadas sin cuidado, las casas eran de hace mucho, casi nadie vivía ahí y la mayoría eran personas un poco mayores o de bajos recursos... sorprendentemente, la casa del azabache era muy grande comparada con aquellas casas de un solo piso.

Eran aproximadamente las seis de la tarde, el sol pronto bajaría y se haría de noche. Frente a la casa sola y descuidada, Doyoung respiró con dificultad. Jaehyun posó su mano en su hombro como apoyo, el azabache se preguntaba si estaba haciendo lo correcto. Tragó saliva, miró a sus acompañantes y decidió adentrarse a la propiedad.

El pasto era bastante alto y descuidado, parecía que el césped había tomado coloración café o amarillenta. La pintura de la casa se veía tan triste, la puerta de madera  floja se veía decolorada y la madera rasgada. Con cuidado caminaban hacia la entrada de la casa, cruzando el alto pasto.

—¿Cómo terminó así durante este tiempo?—

Se preguntó Doyoung mirando a su alrededor, se le hacía totalmente imposible, parecía una de esas casas abandonadas de hace demasiados años, pero la suya no estuvo sola por tanto tiempo. Había algo muy extraño.

Jaehyun se paró delante de él, tomó la puerta de un extremo y para poder acceder a la casa, cuidadosamente y lentamente la empujó, pero estaba atorada.

『𝐌𝐈𝐄𝐃𝐎𝐒』 𝙹𝚊𝚎𝙳𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora