- Y así es como me gané mi primer aviso, él nunca me dijo que quería aprender algo cotidiano, yo sólo le dije que le iba a enseñar su primera palabra y él la repitió como un loro.
Mark y Sam no pudieron evitarse reír ante esa anécdota, era tan Otabek que les parecía increíble que no cayera en la broma; habían llegado al apartamento del rubio y les recibio una gata muy elegante, esta se acercó al moreno y se dejo mimar de él, Yuri les ofrecio unas galletas con comida para picar con bebidas de refresco, todos se habían sentado en los sofas para hablar.
- Beka nos contó que le ayudaste con lo de su padre, muchas gracias, eres el primero en hacerlo.
- No me las des, ¿cómo conocieron a Otabek?
- Oh, no sé si deba decir esto, ¿puedo decirlo "Sam"?
- Claro mi rey, no veo el problema, estoy seguro que a Otabek no le molesta.
- Lo conocí cuando él estaba por cumplir 19, fui su primer chico y sumiso, estuvimos un año así hasta que me vine a vivir aquí y unos años después conocí a mi prometido, quien Beka le ayudo a... Como decirlo... ¿Complacerme en la cama?
- Son una pareja que disfrutan del BDSM Yura, yo ayude a Sam a ser un dominante para que Mark se sintiera más cómodo, pero al parecer a Sam le gusto mucho y decidieron tenerlo como estilo de vida.
- Wow, si nos hicieramos pareja, ¿haríamos lo mismo?
- Todas las parejas son diferente, ninguna se parecen, pero suelen compartir el mismo protocolo.
- Espera, me dijiste que no podía preguntarle sobre eso, eres un traidor Beka.
- No, lo que te dije es que no debías preguntarle sobre nuestra sesión, fue lo único que te comenté.
- Espera... ¿Lo saben?
- Solo saben que nos acostamos y que tuvimos una sesión, nada más.
- Eso no es dejar mucho a la imaginación Altin.
- El BDSM no es como el sexo vainilla Yuri, hay mil maneras de experimentarlo y cada sumiso es diferente, así que no, Otabek dejó mucho a la imaginación, sería difícil decir que tipo de sesión tuviste incluso con tu personalidad, incluso si me atrevo a decir que fue de obediencia podría equivocarme.
- No lo fue, Yuri tiene una personalidad muy fuerte como para obedecer a la primera, ¿cierto Otabek?, además, recuerda que a él le prenden los chicos "malos".
- Tienes razón Sam, los gatos no son fáciles de adiestrar.
Yuri estaba sorprendido, no se sentía incómodo o avergonzado, por algún extraño motivo sintió que era una posesión valiosa para el moreno por no decirle lo de su sesión. Mientras más hablaban, Yuri más curiosidad sentía, ojalá hubiera investigado más desde un principio, sentía ganas de saber más. Cuando ya era de madrugada la pareja decidió marcharse, prometiendose quedar más veces y compartiendo sus números; Yuri sintió felicidad, normalmente sus amigos eran o Mila o sus compañeros de ballet, era muy difícil ganarse su termino de amistad. Otabek se encontraba en la sala con Potya, ambos tenían el día libre al día siguiente así que el ruso se planteó cobrar su recompensa.
- Oye Beka, ¿qué es una sesión de obediencia?, es solo que me llama la curiosidad- el kajazo lo miro sin dejar atenta a su gata, no sabía como explicárselo de manera poco brusca a el rubio.
- Una sesión de obediencia es lo que su nombre indica, es principalmente para principiantes de BDSM y para el contrato de sumisos con amos nuevos, es esencial para entender la sumisión, se suele enseñar con los protocolos y gustos de quien te guíe.
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El oro de tus cabellos. (AU/ Otayurio)
FanfictionNecesitaron solo un instante para saber que todo su mundo iba a dar un giro de 180°. Necesitaron mucho tiempo para aceptar lo que sentían en sus corazones. Yuri Plisetsky es un joven modelo acostumbrado a la vida de cámaras y de ser adulado por su b...