Cap 4: ¿Por qué?

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Allí se encontraban los dos, encima de la moto mientras viajaban a un nuevo destino que el kazajo ya había decidido; los ojos de yuri miraban las luces que se encendían por la carretera, las luces de los edificios mostraban la vida de las personas de la ciudad. La mente del rubio fue llevaba a otro lugar, sus ojos se cerraron por un momento, su cuerpo por un momento se relajo.

- Hace 5 años -

Arcadas se escuchaban en el baño, golpes al suelo y un leve solloso se podía seguir oyendo. Yuri lloraba mientras se encontraba tirado delante de un vater, sus ojos estaban llenos de lágrimas mientras sus manos seguían golpeando.

- ¿Yuri, dónde estas?, sé que estás aquí, escucho tus arcadas.

- ¡Vete de aquí Mila, no estoy de humor, déjame sólo un rato!

- Si te dejo sólo Yuuri y Víctor me gritaran, Yuri por favor, déjame entrar.

Mila entro a uno de los cubículos del baño y se encontro una escena que sus ojos no podía creer. Yuri se encontraba en el suelo delante del váter, sus ojos estaban rojos con ojeras, su cuerpo estaba temblando mientras en su boca se veía rastro de vómitos y bilis. El cuerpo de Yuri temblaba en el suelo con una mirada apagada, sus brazos intentaban cubrir los rastros de sus labios; el rubio intento levantarse pero sus piernas flaquearon y se resbalo contra la pared del cubículo.

- ¡Yuri!, por dios, te he dicho que no hagas eso nunca más, ¿acaso no te importa tú vida?

- Vete de aquí vieja, te dije que me dejará sólo, no quiero estar con nadie ahora mismo.

- Yuri Plisestsky, no puedo dejarte solo, menos como estás ahora, con... Eso.

- Dilo en voz alta vieja, gritalo a los 4 vientos, todos lo saben, ¡gritalo, no hay escrúpulos en decirlo!

- ¡Yuri por favor, necesitas ayuda urgente!

- No la necesito vieja, no necesito esos estúpidos consejos motivadores que dicen, nadie necesita esas malditas palabras vacías.

- Yuri, necesito que te levantes, voy a llevarte al médico y me da igual lo que me digas.

- ¡No quiero ir, no voy a ir, no necesito ir vieja, estoy harto, cansado y no quiero nada más, solo quiero quedarme aquí y soltarlo todo, él me dijo eso!, él, él... Solamente- los ojos de Yuri se aguaron y volvió su cara hacía el váter, no quería verse así, no quería que nadie le volviera a decir eso.

- Yuri, sus palabras no son nada, están vacias y no debes dejarte llevar por ellas... Tú eres más fuerte de lo que crees, tienes que levantarte Yuri, déjanos ayudarte, solo, déjate ayudar.

El rubio solto varias lágrimas mirando hacía el techo, su cuerpo aún temblaba, su estómago rugia y su rostro estaba pálido y apagado, el Yuri de allí estaba cansado y no quería nada. Mila miro a su amigo con tristeza, no podía creer como este había caído y ella nunca lo noto, Mila se odiaba en momentos así, donde su mejor amigo estaba en el mismísimo infierno y ella no sabía que hacer.

La puerta del baño se abrió de golpe y se oyeron las voces de Víctor y Yuuri, estos al ver a el rubio en el suelo no dudaron en gritar e ir a ayudarlo. A Yuri le esperaba un camino largo y peligroso.

- Presente -

- Plisetsky, ya hemos llegado- la voz de Otabek le volvio a la realidad, sus ojos vieron un letrero verde neón que parecía el de una discoteca, "freedom", ese nombre era una ironía a su vida, el rubio miro al kazajo con tono de pregunta.

El oro de tus cabellos. (AU/ Otayurio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora