"...I've tried playing it cool
Girl when I'm looking at you
I can never be brave
Cause you make my heart race..."
Si había algo que no me esperaba cuando abrí esa puerta era ver a quién mis ojos veían. Quedé atónito y sin poder pensar. Suspiré y me mordí el labio cuando lo entendí todo y quería morirme. Si había una razón por la que estaba en el Sur, fue justamente para que nada de eso me pasara, pero una vez más, yo no podía tener el control sobre mi vida ni decidir sobre lo que quería. De nuevo, una cachetada en el medio de la cara y un golpe de realidad me hacían ver que por más que lo esquivara, lo que sentía estaba completamente destinado.
- Perdón – me dijo agitado y lo volví a mirar – Necesito que vengas, ahora te explico todo, pero hubo un inconveniente
- Andrés – revoleé los ojos - ¿Qué pasó?
- Lali – suspiró y yo también –
- ¿Está bien? – me alteré un poco – No entiendo, qué hacen acá, ni como llegaste a encontrarme– le dije caminando con él hacia su auto –
- Ya te lo va a explicar ella – me miró con la culpa de un cómplice no tan convencido –
- ¿Ella también está acá? – asintió sin decir nada y abrió la puerta con la cabeza gacha. Negué y subí tras él –
Manejó un rato sin decir mucho, lo único que me decía, un poco nervioso, era que ella iba a ser quién me explicara toda la situación. Decidí dejar de insistirle y hablarle de cualquier otra cosa, se distendió un poco y acompañó con música el resto del trayecto. Cuando vi que ingresamos al parque nacional me asusté, negué con la cabeza y él levantó los hombros, nos acercamos a la oficina del servicio turístico y vi una ambulancia y a Candela parada tapándola a ella. Bajé más desesperado de lo que me hubiese gustado y cuando me vio se le iluminó la cara y supongo que a mí también, porque se quiso levantar y el médico que la atendía la frenó. Candela giró la cabeza y negó, su novio golpeó mi hombro y susurró - perdón – en mi oído. Me acerqué a ella y levantó la vista para mirarme, su amiga se hizo a un lado y se ubicó al lado de su novio mientras el doctor terminaba de limpiar una herida en su brazo.
- ¿Qué te pasó? – fue lo único que pude formular y vi su mano con raspones y sus ojos llorosos –
- Me caí – revoleé los ojos, porque era obvio y me senté a su lado mientras terminaban de curarla. Saludó al médico y se fueron. Estábamos sentados en un banco, sus amigos a lo lejos, parecían discutir un poco. La miré y me miró, mientras se acariciaba su brazo lastimado –
- ¿Te duele? – asintió – ¿Me podés explicar, qué te pasó y qué haces acá? – suspiro – por favor – la miré y tomó aire –
- Vine a buscarte – la miré concentrado, porque estaba diciendo algo obvio – y me pasaron una información errada – abrí los ojos – pensé que estabas en el refugio – miré a Candela, pensando que todo esto era un chiste y se tapó la boca para disimular la risa. Ella estaba angustiada – así que – tomo aire de nuevo – ayer subí, caminé como una ridícula, porque te imaginarás mi manera de escalar – me mordí el labio para ocultar la risa y ella ya estaba verborrágica – no solo tarde como 7 horas en subir, que se estiman que tardas ocho en subir y bajar, si no que llegué – levantó un dedo para aclararme algo - y no sabía que tenía que avisar que iba a escalar tanto, que ni siquiera tenían comida para darme y unos extranjeros se apiadaron de mí y de mi cansancio – ya no soporté y agaché la cabeza para ocultar la risa, a lo lejos su amiga negaba y también reía – Estaría genial que no se rían de mí, ¿puede ser? – y sus ojos se brotaron de lágrimas –
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Destinados
Fanfiction¿Cuantas veces nos tenemos que perder para bajar la guardia y encontrarnos?